La tragedia de Moreno, en la que murieron dos trabajadores de la educación, sacudió a la comunidad educativa de toda la provincia de Buenos Aires y provocó la suspensión de clases en muchos establecimientos educativos. El distrito bonaerense de Pilar, conducido por el macrista Nicolás Ducoté, no quedó ajeno y hasta el momento más de treinta instituciones permanecen cerradas por deficiencias edilicias y en lo servicios.
La situación ha puesto en alerta a docentes, alumnos, padres y dirigentes políticos. La suspensión de clases en distintos establecimientos educativos del territorio provincial está atada a la muerte de Sandra Calamano y Rubén Rodríguez, los dos trabajadores que fallecieron tras la explosión de una garrafa en la escuela 49 de Moreno.
Preocupada por la situación, Lizzie Wanger, presidenta del Partido Justicialista de Pilar y concejal del Frente Pilarense, expresó: “La educación no puede esperar, es fundamental que nuestros chicos puedan estudiar en condiciones dignas y que las escuelas vuelvan a tener su normal funcionamiento”.
En este sentido, consideró que las “escuelas llevan dos años de absoluta desidia, de desfinanciamiento y falta de mantenimiento. Hoy, ese abandono eclosionó y en Pilar nos encontramos ante una grave crisis que tiene a chicos sin poder estudiar, padres preocupados y docentes que tienen que hacerle frente a una situación que, en realidad, es responsabilidad del Estado”.
La concejal opositora, detalló: “Estamos hablando de más de 30 escuelas que están sin clases y, las que sí tienen, lo están haciendo sin gas y eso significa que los chicos estudian con frío, que los docentes no tienen cómo cocinar, entre otras dificultades”.
Después de que se conociera la respuesta que desde el Consejo Escolar se dio a las últimas advertencias de pérdida de gas que hubo en algunas escuelas, Wanger consideró que “es vergonzoso” y añadió que “quieren dejar en manos de los padres la definición de si suspender o dar las clases, obligándolos a que sean ellos los que elijan si tomar o no el riesgo, cuando lo que está en juego es la vida de sus hijos”.
Es aberrante que en lugar de hacerse cargo el gobierno quiera poner en manos de los docentes y de los padres una decisión así”, remarcó.
“A lo largo de mi carrera pude ver cómo las escuelas y universidades públicas eran consideradas un lugar de prestigio y se las reconocía con orgullo. Tuve la oportunidad de ver cómo, gracias al esfuerzo que maestros, auxiliares, directores y padres hacían, nuestros chicos empezaban a proyectar allí sus sueños”, analizó.
Y completó: “Conozco todo lo que la comunidad educativa trabaja para hacer que las escuelas no dejen de ser ese valioso lugar de formación que siempre las caracterizó y me duele ver que este gobierno las aleje cada vez más de ese lugar. “Hoy la calidad educativa es un sueño muy muy lejano en la provincia de Buenos Aires y Pilar es ejemplo de eso. Ojalá este gobierno entienda que en la educación está el futuro y que sus necesidades no pueden esperar”, dijo.