Elisa Carrió lo tiene asumido: buscará que la Coalición Cívica sume más poder de decisión en la estructura de Cambiemos. Para ello pedirá acompañar la fórmula 2019 para la gobernación de la provincia de Buenos Aires e imagina al actual diputado bonaerense Guillermo Castello como candidato a vicegobernador provincial, acompañando la reelección de María Eugenia Vidal.
Castello ha tomado un protagonismo inusitado. Se convirtió en uno de los portavoces del oficialismo para cruzar enfáticamente al titular por Suteba, Roberto Baradel, cuando el sindicalista motorizó paros docentes. También se animó a presentar un proyecto para legalizar la actividad de Uber, lo que despertó la furia de los taxistas y lo llevó a enfrentarse con parte de su propio bloque.
El programa de Jorge Lanata lo fue a buscar para que hablara sobre el Astillero Río Santiago. Había sido, hasta el año pasado, el presidente de la Comisión de Puertos y Asuntos Marítimos de la Cámara de Diputados. En el informe del último domingo que tensionó aún más la relación gremios-provincia de Buenos Aires, el programa Periodismo para Todos le preparó el terreno al Ejecutivo bonaerense para poner en agenda un rincón donde aplicar el ajuste. Remarcaron que el gremio de ATE “maneja” la empresa estatal bonaerense a discreción.
“Es un escándalo que uno de los astilleros más importantes de América Latina no termine un barco hace más de diez años. Es un verdadero elefante blanco, cuyo gasto representa el 15% del deficit provincial y que no produce ningún beneficio para los bonaerenses en una provincia con muchas necesidades insatisfechas”, sostuvo Castello en un pasaje del informe que también incluyó la palabra del ministro de Trabajo bonaerense, Marcelo Villegas que opinó en el mismo sentido.
Castello representa para Cambiemos en territorio bonaerense lo que Carrió para la alianza gobernante a nivel nacional. “Hace lo que muchos piensan y no se animan a decir ni a hacer”, resume una fuente oficialista sobre la performance del legislador provincial marplatense. O sea, dar las discusiones políticamente incorrectas.
Pero hay un problema en las apetencias de Carrió y la Coalición Cívica: la Unión Cívica Radical. El partido cogobernante tiene entre sus planes mantener la vicegobernación 2019-2024 bajo tutela de Daniel Salvador. El radicalismo también preside el bloque oficialista en la Cámara de Diputados bonaerense, ocupa la vicepresidencia primera en el Senado provincial y en el organigrama de ministros cuenta con la cartera de Ciencia, a cargo de Jorge Elustondo. La UCR aún cree que fue desfavorecida en la distribución de poder, entendiendo que ya gobierna en 38 municipios.
Castello es de Mar del Plata. Si bien sus intenciones serían pelear por la intendencia de la ciudad costera que hoy gobierna Carlos Arroyo, de inestable relación con Cambiemos pero oficialista al fin, la salida de una vicegobernación es una chance que afloja la tensión de la elección local que también incluye, a priori, al senador provincial Franco Baganato, al diputado nacional Guillermo Montenegro, al presidente del bloque Cambiemos en la Cámara baja bonaerense, Maximiliano Abad; a la concejal Vilma Baragiola y al propio Arroyo. Todos por un lugar.
El mes pasado, la Coalición Cívica llevó adelante un congreso partidario con todos sus referentes provinciales. En el encuentro realizado en San Nicolás se acordó avanzar en la necesidad de crear candidatos y candidatas que puedan gobernar intendencias y dejar de ser un partido legislativo. En lo concreto, en territorio bonaerense, la Coalición Cívica no tiene ningún funcionario propio. Sí, en cambio, diputados, senadores y concejales.
En el universo Cambiemos, Vidal es una de las pocas personas con las que Carrió no se mete. El apoyo enfático hacia ella y al presidente Mauricio Macri no muestra fisuras. Solo cuando se incomoda dispara alguna crítica sobre el rumbo que toma el Gobierno, pero luego es el propio Macri quien la llama y Carrió cede. Con Vidal ni siquiera es necesario eso: Lilita no se mete en las decisiones de María Eugenia más allá de los cuestionamientos a los ministros de Seguridad y Justicia, Cristian Ritondo y Gustavo Ferrari, y al ex jefe de la Bonaerense Pablo Bressi. Ahora quiere reforzar esa relación y la vicegobernación es su deseo. Castello, su mejor alumno para ocupar ese lugar.