ENTREVISTA. MARIO BARLETTA

"No está bien que en la UCR cada uno salga a decir lo que le parezca"

El embajador en Uruguay confirma su interés en ser candidato a gobernador y se mete en la interna del radicalismo, por las críticas a Macri. "Soy respetuoso de quien tiene que tomar decisiones", dice.

Mario Barletta está abrazado a la idea de consolidar Cambiemos. Por ese motivo, explica a Letra P, se postuló él mismo para ser el candidato a la gobernación de Santa Fe dentro de la coalición nacional. Prefiere que no haya PASO y que el postulante salga de “acuerdos” y “consensos”, palabras que menciona una y otra vez en la entrevista. El embajador en Uruguay asegura que el actual mandatario santafesino, Miguel Lifschitz, es “un buen gobernador”; dice que en el proyecto de reforma constitucional “se puso el carro adelante del caballo” y les pide “ calma, radicales” a los correligionarios que critican medidas de la Casa Rosada bajo “niveles de ansiedad y nerviosismo”.

 

BIO. Tiene 64 años y es santafesino. Antes de ingresar a la política partidaria tuvo un largo recorrido por la política universitaria, ámbito en el cual llegó a ser rector de la Universidad del Litoral. Luego se convirtió en intendente de la ciudad de Santa Fe. En 2011 intentó ser gobernador, pero perdió la interna del Frente Progresista a manos del socialista Antonio Bonfatti. Entre 2011 y 2013 presidió el Comité Nacional de la UCR. Fue electo diputado nacional por el progresismo a fines de 2013, pero cuando se conformó Cambiemos fue de los primeros radicales santafesinos en abandonar el Frente Progresista. Bien alineado al discurso de la Casa Rosada, fue nombrado este año como embajador argentino en Uruguay.

 

 

-¿Por qué quiere ser gobernador?

 

-No lo he planteado en esos términos, pero lo que sí creo es que estamos en un momento en el cual Cambiemos tiene que fortalecerse en la provincia de Santa Fe a partir de la búsqueda de consensos y acuerdos entre todas las fuerzas políticas que lo integramos. Ésta va a ser una elección ajustada y hay que hacer todos los esfuerzos para que las mejores mujeres y los mejores hombres, al momento de decidir candidaturas, puedan conformar el proyecto de Cambiemos para la provincia.

 

-¿Para eso es necesario que no haya interna, que haya solo un candidato en la coalición?

 

-Sí, creo que es en el sentido que estamos trabajando, buscar un consenso para evitar las PASO. No porque piense que no son un buen mecanismo, sino porque creo que en esta oportunidad tenemos que colocar todas las energías en un trabajo juntos y consolidado, que no haya diferencias dentro de cada partido y en el armado con las demás fuerzas políticas.

 

-¿Pero tiene que ser radical?

 

-Por supuesto que cada de una las fuerzas pretende legítimamente que el candidato sea propio. Si me preguntan, por supuesto que pienso que debería ser radical.

 

"En su momento, hubiese preferido que el Frente Progresista se sume a Cambiemos en aquella tan difícil decisión que se tuvo que tomar."

-El intendente José Corral ya estaba por el espacio, por el sector de la UCR que usted integra. ¿Por qué se sumó a la competencia?

 

-No me consta que tal circunstancia haya sucedido y no actúo yo en función de lo que actúan los demás. Mi intención siempre fue involucrarme en una tarea que tenía que ver con generar consensos entre cada uno de los partidos y entre los partidos políticos. Cambiemos es una coalición joven, es un espacio político que se conformó en 2015, por lo tanto necesita procesos de institucionalización a partir de los cuales encontremos una mecánica de trabajo dentro de la provincia. Además, no podemos no entender que en Santa Fe, particularmente, el radicalismo venía conformando una fuerza diferente, luego el radicalismo a nivel nacional toma otra decisión y esto generó una transición que, creo yo, se llevó con responsabilidad y, al menos de mi parte, siempre he estado en la postura de aceptar las decisiones de los órganos partidarios.  

 

-¿Está distanciado de Corral? ¿Tienen miradas políticas diferentes en la actualidad?

 

-No, no, miradas políticas siempre hay entre los actores. En algunos casos hay coincidencias absolutas, en otros disidencias, pero esto es lo que enriquece la conformación de los espacios. Lo que hay que hacer es respetar las diferencias, buscar los consensos, dialogar, la forma que hemos trabajado siempre.

 

-El Frente Progresista que usted integró padeció un golpe electoral en 2017. ¿Está agotado como espacio?

 

-No hago análisis tan extremistas, los procesos políticos de los espacios son dinámicos. Para no hablar de los demás, hablemos del radicalismo mismo, que tiene más de 120 años y hemos tenido desde la conducción del gobierno nacional hasta haber tenido elecciones en las que varios estaban dispuestos a extendernos un certificado de defunción. Esto pasa con los espacios políticos, pasa con las coaliciones. Hay experiencias en otros países, ahora me toca estar en Uruguay y el Frente Amplio va por su tercer mandato, acá son de cinco años. Creo que el Frente Progresista tiene que hacer su análisis, tiene una gran dificultad a partir de que una de las fuerzas principales, como la UCR, tomó la decisión de conformar un espacio nacional. Y como el radicalismo no es una confederación de partidos, no es que cada provincia hace lo que quiere. En su momento, hubiese preferido que el Frente Progresista se sume a Cambiemos en aquella tan difícil decisión que se tuvo que tomar.

 

-¿La política santafesina sigue dividida en tres tercios?

 

-En principio sí, podríamos creer que hay tres espacios en una instancia de debate, en una etapa de definiciones respecto de las próximas elecciones. El justicialismo, no sabemos si serán uno o dos candidatos; el Frente Progresista, que también se habla de un nuevo frente o no; y Cambiemos.

 

 

Los periodos de cuatro años han generado a lo largo de la historia que todos los gobernadores se vayan prácticamente con buena imagen. Eso debería hacernos reflexionar sobre los periodos, sobre las elecciones, y quizás volver a tiempos previos al pacto y la reforma constitucional

 

 

-¿Lifschitz es un buen gobernador?

 

-Sí, es un buen gobernador. Tiene una característica: los periodos de cuatro años han generado a lo largo de la historia que todos los gobernadores se vayan prácticamente con buena imagen. Eso debería hacernos reflexionar sobre los periodos, sobre las elecciones, y quizás volver a tiempos previos al pacto y la reforma constitucional. En Uruguay es solo un periodo de cinco años sin reelección. Tengo buena relación con Lifschitz, por supuesto que creo que no se llevaron adelante algunas políticas fundamentales para la provincia, porque tiene una capacidad instalada tanto en producción de commodities y de materia prima como de capacidad académica y científica en la que se tendría que haber trabajado muchísimo más, en lo que se denomina "economía del conocimiento". Por otro lado, no se ha hecho ningún esfuerzo por recuperar ferrocarriles, que serían una herramienta espectacular para abaratar costos.

 

-¿Lamenta que no avance la reforma constitucional en la provincia?

 

-Porque lamentablemente no se manejó bien, se puso el carro adelante del caballo. Nadie puede señalar que Santa Fe no tenía que reformar su Constitución. En realidad, tenemos una Constitución inconstitucional, porque en 1994 tendríamos que haberlo hecho. Cuando se pone como eje central el tema de la reelección, naturalmente, en lugar de ponernos a trabajar en términos de tener una Constitución que genere más institucionalidad, mejores herramientas, todo derivó en un debate a quienes planteaban si podía haber o no reelección. Ni siquiera se debatía la cuestión al margen de los intereses individuales.

 

-¿Qué reflexión hace sobre la situación del país?

 

-Es complicada. Doce años de corrupción, impunidad, clientelismo, sin políticas que generen una infraestructura en nuestro país con trenes, rutas, puertos, pensando en generar las condiciones para que haya más producción, más trabajo, no se recuperan de la noche a la mañana. Está bien, hace más de dos años que gobierna Cambiemos pero los resultados que van a ir modificando, fundamentalmente, aspectos culturales y estructurales, demoran.

 

-¿Hay que frenar la baja de retenciones, como dijo Gerardo Morales?

 

-Creo que hay confiar en las políticas y no dar este debate en la pública y que cada uno salga a decir lo que le parezca. Yo puedo tener mi posición, pero también soy cauto, no tengo el mapa completo de todo lo que constituye el sistema de impuestos y retenciones. Si estoy en un ámbito como Cambiemos soy respetuoso de quien tiene que tomar esas decisiones y, en última instancia, de la decisión que toma el Presidente. Eso no quiere decir que no tenga espacio o lugares donde manifestar si hay algo que podría cambiarse.

 

 
"Si hubiese estado en la Cámara de Diputados hubiese votado a favor del aborto."

-¿Pero el radicalismo tiene realmente ese lugar?

 

-Yo creo que tiene su espacio y, si le parece que debería ser más, yo también lo creo así, discutirlo y pelearlo dentro de los espacios que necesita Cambiemos conformar. Insisto, es una coalición joven, que se constituyó además por un interés electoral para desplazar a quienes estaban vaciando el país. No hay que estar en los canales de TV sacando declaraciones para ver quien ocupa más o menos espacio, para ver quien está más cerca o más lejos del Presidente, o porque si (Elisa) Carrió dijo tal cosa u otra.

 

-¿Falta responsabilidad?

 

-No sé si responsabilidad es la palabra, lo conozco a Morales y es responsable. Pero creo que se tienen…calma radicales, eso digo. Los momentos de tormenta son difíciles, porque salís corriendo para ponerte el paraguas, te ponés las botas y si el agua viene muy fuerte te tenés que agarrar. Yo entiendo que tengamos ciertos niveles de ansiedad y nerviosismo, pero precisamente son los momentos donde más se necesita del aplomo y suficiente serenidad.

 

 

 

-¿Cuál es su postura con respecto a la despenalización del aborto?

 

-Yo no estoy de acuerdo con el aborto, pero no estoy de acuerdo con la criminalización. Por lo tanto, si hubiese estado en la Cámara de Diputados hubiese votado a favor del proyecto.

 

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