El peronismo no se apura, Cambiemos se mantiene firme en la negativa y el Frente Progresista, y el gobernador Miguel Lifschitz en particular, ven como se desvanece en breve el sueño de conseguir una reforma constitucional en Santa Fe que incluya, entre otros puntos importantes, la posibilidad de la reelección.
La revisión de la Carta Magna depende de conseguir dos tercios de los votos en Diputados, primero, y en el Senado, después. Pero en la Cámara Baja por el momento solo superó una comisión de las cinco por las cuales circulará el proyecto. Y mientras más pasa el tiempo, menos chances tiene el mandatario socialista de conseguir su ansiado objetivo.
El proceso implica la aprobación en las dos cámaras legislativas; luego el llamado a elecciones de convencionales y, finalmente, la convocatoria a la Asamblea Constituyente. Y si dicho periplo no se concreta durante este año, Lifschitz no podrá ser candidato nuevamente en 2019 porque la Constitución actual no permite la extensión de mandatos en la categoría gobernador.
En Diputados hay 50 legisladores, a los dos tercios se llega con 34 representantes. El Frente Progresista cuenta hoy 25 porotos y la otra mitad no le da señales de apoyo por el momento. Los diez peronistas ya declararon a título personal que no acompañan. Los diez macristas lo hicieron saber mediante una conferencia de prensa conjunta. Un interbloque de izquierda de cuatro integrantes liderado por el ex senador nacional Rubén Giustiniani presentó proyecto propio. Y finalmente, un frentista (Alejandro Boscarol) responde al ex Frente y actual Cambiemos José Corral, que no considera que sea momento para reformar y ya rechazó la iniciativa del socialismo.
Pero los frentistas confían y aseguran que le van “a meter para delante”. En diálogo con Letra P, el diputado provincial socialista Joaquín Blanco apuntó que “los que estén en contra tendrán que manifestarlo en las comisiones, a través de una postura formal”.
Ese es el objetivo de los progresistas: exponer a la oposición que rehúsa el debate reformista, que reniega de la “oportunidad histórica”. “Este es el momento. Algunas fuerzas políticas juegan a las escondidas, te dicen que sí, pero no, pero los plazos, los costos... hay que dar un debate maduro y que cada uno exprese sus opiniones donde corresponde y, en función de eso, ver efectivamente quiénes quieren que Santa Fe actualice la Constitución y quiénes no tienen ganas por temor o especulación electoral”, pegó Blanco.
El legislador dice que el oficialismo no se pone plazos y que apuesta a buscar “un consenso sobre la reforma posible”. Ya no se habla tanto de reelección en las huestes del oficialismo y, en cambio, se habla de “un texto que acompañe una amplia mayoría” y de “absoluta disponibilidad y disposición para poder conversar todos los puntos”.
El peronismo, en cambio, perdió el apuro por convocar a un Congreso partidario que defina una posición sobre el tema. Todos los diputados del PJ se manifestaron “reformistas”, pero sostuvieron que no es atinado revisar la Constitución con tan poco tiempo de trabajo. Por ese motivo, no apoyan el proyecto. “Es un gran esfuerzo hacer un Congreso, lo tenemos pendiente”, se sinceró el presidente provincial del justicialismo Ricardo Olivera.
“Más allá de la reelección, es una cuestión muy seria para tratarla en tan poco tiempo. Trabajar una reforma en tan poco tiempo...muchos del partido coinciden no es conveniente, hay que asumirlo con más responsabilidad. Faltan consultas, trabajar más e coincidencias. Lleva tiempo”, sentenció el presidente. Su postura es idéntica a la de los diputados.
Cambiemos anunció menos de un mes atrás que no votaría el proyecto y desde ese momento no varió su postura. Se especuló con una negociación entre Lifschitz y la Casa Rosada para que los legisladores de PRO avalen la reforma, pero no pasó del terreno de los supuestos.
“El mensaje es de una pobreza inesperada, esperaba mucho más”, apuntó el diputado radical PRO Sergio Más Varela, quien cree que “no es cuestión de reforma sí, reforma no. El tema es si estamos de acuerdo, cómo y en qué, con qué alcanza”.
Corre el reloj en Santa Fe y solo gana la oposición. Pasa el tiempo y el Frente Progresista no avanza con el caballito de batalla del gobernador.