Peronismo

CGT-Pichetto, puesta en escena en la guerra de nervios con el Gobierno

El triunvirato recibió al remozado senador y a su tropa para darle otra señal de distanciamiento a Macri y renovar la alianza parlamentaria para acompañar "los temas del mundo del trabajo".

En un nuevo gesto hacia la interna del peronismo y -fundamentalmente- a la Casa Rosada, con la que viene tensando la relación en forma sostenida, el interbloque de senadores de Argentina Federal, que conduce Miguel Ángel Pichetto, visitó este martes la sede de la CGT, donde durante una hora se reunió con casi la totalidad del Consejo Directivo de la central.

 

Durante el encuentro, el triunvirato integrado por Juan Carlos Schmid, Carlos Acuña y Héctor Daer reclamó renovar el respaldo que los senadores peronistas brindaron a las iniciativas parlamentarias de los sindicalistas desde la llegada de Cambiemos al poder, que tuvo su punto más relevante en el acompañamiento a la ley que declaraba la Emergencia Laboral, que posteriormente fue vetada por el presidente Mauricio Macri.

 

Pichetto recogió el guante y reiteró que su bloque trabajó desde siempre con la CGT y renovó su compromiso para que cualquier iniciativa o necesidad gremial sea tratada de mutuo acuerdo con la central en la Cámara alta. El veterano senador aprovechó la ocasión para resaltar que uno de los miembros del bloque, el santiagueño Carlos Montenegro, proviene del movimiento obrero, en referencia al ex secretario general de UPCN de esa provincia, que también habló en el encuentro.

 

 

Entre los escasos acuerdos conversados, figura el pacto para que, si avanzara la intención oficial de tratar las leyes que le daban forma a la reforma laboral, el bloque de senadores y la CGT van a abordarlo de manera conjunta y explícitamente evitaron abordar la situación del Partido Justicialista.

 

"No vamos a hablar de la cuestión partidaria", dijo Pichetto, que planteó, ante un triunvirato sindical que asentía, que "lo importante es que hablemos de la unidad".

 

En la práctica, la reunión le sirvió al jefe parlamentario para enviarle un nuevo mensaje al Gobierno, pero también a la interna peronista. Montado sobre el impacto que provocó que Macri cargara solo sobre sus hombros con el costo de vetar la ley que congelaba las tarifas, Pichetto redobló la apuesta y le obturó al oficialismo la posibilidad de tratar el desafuero de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

 

Con el movimiento de hoy, el senador avanza un casillero en su intención de ser, además de un virtual interlocutor parlamentario del Gobierno con los gobernadores peronistas, también el nexo del sindicalismo en el Congreso.

 

 

 

La CGT, por su parte, se garantizó volver a habilitar un canal legislativo en momentos en los que los sectores dialoguistas de la central empiezan a endurecerse traccionados por los pésimos guarismos económicos y una inflación desbocada que ya empieza a perfilar su camino hacia el 30% anual. 

 

"Hemos tenido coincidencias sobre el diagnóstico de la situación económica y en las inquietudes que genera la pérdida de empleo, la presión de las tarifas y la pérdida de poder adquisitivo del salario", dijo Pichetto en la puerta de la sede sindical de la calle Azopardo, donde reiteró que "cada uno de los temas parlamentarios que hacen al mundo del trabajo va a ser trabajado con la CGT".

 

Por su parte, el secretario de Prensa y vocero de la central obrera, Jorge Sola, también resaltó las coincidencias en el análisis de la situación económica en la reunión que calificó de "muy fructífera".

 

Respecto de si durante el encuentro se conversó sobre el anuncio de alguna medida de fuerza, Sola precisó que esa decisión será tomada por el Consejo Directivo de la central en su reunión del próximo jueves.

 

 

Victoria Villarruel, vicepresidenta de la Nación.
El gobierno de Gustavo Petro echó a diplomáticos argentinos de Colombia.

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