En una nueva ronda de negociaciones que apuntan a normalizar la conducción de la CGT, más de 30 secretarios generales y representantes de gremios confederados volvieron a reunirse en la Federación de Petroleros Privados, en Boedo.
En una nueva ronda de negociaciones que apuntan a normalizar la conducción de la CGT, más de 30 secretarios generales y representantes de gremios confederados volvieron a reunirse en la Federación de Petroleros Privados, en Boedo.
En un encuentro relativamente breve que no se extendió más allá de las dos horas, no surgieron grandes novedades más allá de la importante cantidad de sindicalistas que se reunieron en una cumbre atravesada por el movimiento que hace dos semanas hicieron los integrantes del actual Consejo Directivo que responden a Luis Barrionuevo, incluido el triunviro Carlos Acuña.
Por eso, Acuña fue uno de los dirigentes más castigados durante la reunión y no sorprende. La maniobra de hace quince días durante la reunión del Consejo Directivo fue la última de una serie de jugadas que jaqueó la confianza de sus compañeros de central. Nadie olvida que intempestiva y públicamente dos meses atrás acusó a su compañero Héctor Daer de carnero y de propatronal.
No obstante, dirigentes que participaron aclararon que pese a lo trascendido, nadie había reclamado la renuncia de los miembros de la conducción obrera y afirmaron que la reunióntuvo como ejes avanzar en consensos sobre cómo y cuándo elegir una nueva conducción.
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"Confluimos un número importantísimo de organizaciones con miembros del Consejo Directivo para volver a avalar un proceso que concluya, en el mes de agosto, en un acuerdo amplio que defina la próxima conducción", declaró Daer una vez finalizado el encuentro.
En este sentido, el integrante del triunvirato que encabeza la CGT reiteró que el esquema hacia adelante prevé una nueva reunión del Consejo Directivo el 3 de mayo y otro más, alrededor del 10 de junio, que va a estar sujeta a la agenda que finalmente establezca la OIT para su reunión anual.
Según lo estipulado, en esa última reunión se definiría la convocatoria a un Congreso que se va a llevar a cabo después del Mundial de Rusia y que va a definir la nueva conducción "más sustentable, que supere la crisis actual de la central".
"No se trata de una CGT más combativa", respondió Daer ante la consulta sobre qué es una central más sustentable, "hay que desarrollar una estrategia con un debate político que permita sacar a la luz el rumbo que está llevando el Gobierno y con el que no estamos de acuerdo".
"Una CGT más sustentable es una central que supere la crisis que se inició en diciembre y que incorpore un montón de sectores del movimiento obrero que hoy están fuera de la CGT", aseguró después del encuentro que contó con la presencia de dirigentes como Guillermo Pereyra, Omar Viviani, Víctor Santa María, Héctor y Rodolfo Daer, Sergio Romero, José Luis Lingieri y Andrés Rodríguez, entre otros.
En la agenda de la CGT figura también la movilización que van a realizar la semana que viene a la Embajada de Brasil para repudiar la detención de Lula, pero también evalúan la posibilidad de realizar un acto con la ex presidenta de ese país, Dilma Rousseff, en vísperas del 1 de mayo.
Barrionuevo en el acto de "relanzamiento" de las 62 Organizaciones.
MUEVE LUIS. En paralelo a la cumbre de "gordos" e "independientes", Luis Barrionuevo puso en marcha un nuevo movimiento para intentar copar el sello de las 62 Organizaciones Peronistas.
En la sede de la Asociación Obrera Textil, el líder de los gastronómicos, aliado de los gremios moyanistas, encabezó un acto en el que escenificaron un relanzamiento de las 62, una estructura que viene mermada por recientes fracturas.
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A mediados de marzo, una treintena de gremio anunciaron su salida del histórico brazo político del sindicalismo peronista que condujo hasta su muerte Gerónimo "Momo" Venegas, enfrentados a Ramón Ayala, heredero del líder de los trabajadores rurales.
En ese marco, y envalentonado por su designación como interventor del Partido Justicialista, Barrionuevo busca presentarse como un hombre fuerte dentro de la central, en una maniobra que varios dirigentes ven pergeñada por Hugo Moyano.