Congreso Nacional

Sin protección, Aguad la pasó mal con familiares de víctimas del ARA San Juan

A diferencia de lo que pasó con Caputo, el oficialismo dejó solo al ministro de Defensa, que sufrió un durísimo mano a mano en el Congreso. Le pidieron explicaciones y lo increparon a los gritos.

“¡Nos está faltando el respeto!” “¡Ese asiento a usted le queda grande!” “No es apto para cumplir la función”..“¡Míreme a la cara, está charlando con la señora que tiene al lado”. Sin el blindaje que tuvo Luis Caputo cuando concurrió al Senado para dar explicaciones sobre la deuda y su vinculación con empresas offshore, el ministro de Defensa, Oscar Aguad, sufrió un durísimo mano a mano en el Congreso, donde se presentó ante la Comisión Bicameral Investigadora de la desaparición del submarino ARA San Juan, y se enfrentó a familiares de los submarinistas, que lo increparon y le exigieron la contratación de una empresa privada que emprenda de búsqueda de la nave.

 

En un clima tenso, entre gritos y angustia, los familiares de los submarinistas le exigieron a Aguad explicaciones sobre la desaparición del submarino, debatieron mano a mano cuestiones técnicas, contrastaron en vivo sus declaraciones con videos y audios de archivo, contaron sus historias personales y criticaron en duros términos el accionar del Ministerio y del presidente Mauricio Macri.

 

“Acepté esta modalidad por respeto a ustedes aunque no son los códigos del Congreso”, dijo Aguad poco tiempo después de que los familiares comenzaran a formular sus preguntas, con duros cuestionamientos hacia el ministro. Hermanos, madres y padres, llegados desde distintos puntos del país, con remeras alusivas a la tragedia del ARA San Juan, y fotos de los submarinistas, colmaban el salón Illia, donde Aguad se sentó a a las 15, acompañado por pocos colaboradores y escoltado por el diputado de Cambiemos Guillermo Montenegro, vicepresidente primero de la Comisión.

 

 

El presidente provisional del Senado, Federico Pinedo, que estuvo presente solo al comienzo de la reunión, sentado entre los miembros del cuerpo, había anunciado que el ministro se disponía a dar “un informe amplio, no solo de los temas en los que participó directamente sino además de los temas que conoce por su responsabilidad" y calificó la visita como "un encuentro de colaboración entre poderes del Estado”.

 

Pero el clima distaba de ser cordial y, mucho menos, de parecerse a la visita de Caputo al Senado que, si bien culminó en escándalo, se tradujo la mayor parte del tiempo en preguntas de los integrantes de la comisión, respuestas ordenadas por parte del ministro, y el trámite tradicional, que indica que no hay debate, intercambio directo - ni gritos- entre quienes preguntan y el funcionario que responde.

 

El fueguino Ojeda condujo la reunión y no intervino en defensa de Aguad. (Foto: Twitter Senado)

 

 

El presidente de la Comisión, el fueguino José Ojeda, evitó interrumpir las preguntas de los familiares y no intervino en defensa de Aguad, que quedó varias veces acorralado, se trenzó en discusiones y solo encontró el auxilio de Montenegro. “No hay respuesta para ustedes mientras no encontremos el submarino. Entiendo su dolor. Hasta subimos videntes en los barcos por pedido de ustedes para poder encontrarlo”, intentó calmar el clima Aguad, apenas pasadas las 17. Para entonces, restaban casi cuatro horas de preguntas. El ministro había iniciado su exposición con la advertencia de que “el Código Penal” le prohibía “revelar secretos militares”, aunque presentó una serie de filminas con el detalle de las operaciones del submarino.

 

“Quiero saber si ustedes intervinieron los teléfonos de los tripulantes para que desaparezcan de los grupos que tenía cada uno con su familia. Salieron de todos los grupos a la vez”, preguntó una de las familiares, ante a mirada atónita del ministro, que aseguró que, en caso de que los teléfonos hayan sido intervenidos, acompañará a los familiares a hacer la denuncia. “Eso es un delito”, dijo.

 

 

Los familiares del ARA San Juan colmaron el salón Illia (Foto Twitter Senado)

 

 

Respecto de los detalles de la desaparición del submarino, Aguad aseguró que “se barrió la zona de la Plataforma Continental Argentina y no hay duda de que no está ahí, por eso lo más probable es que haya caído en el talud, que tiene profundidades de hasta 3 mil metros y ahí están los cañadones profundos"” y afirmó que “es muy difícil” que la nave haya explotado.

 

“¡Le estoy hablando, míreme a los ojos!”, le gritaba una de las familiares, mientras el ministro consultaba con uno de sus colaboradores. “La estoy escuchando”, respondió Aguad. “No, está charlando con la señora que tiene al lado. Me gustaría que, si esperé cuatro horas para hablar, mínimamente me mire a los ojos. Me gustaría que nos pidiera disculpas por decir que el mar es la mejor tumba para los submarinistas”, rogó la hermana de uno de los tripulantes de la nave. “¡Usted no es apto para cumplir la función!”, agregó la madre de un suboficial.

 

 

 

Aguad mantuvo el tono de voz y afirmó una y otra vez que si el Gobierno está “por contratar una empresa por 100 días” es porque no deja de buscar, en referencia a la posibilidad de que se firme el convenio con la empresa SEA Corporation, del venezolano Hugo Marino, que promete encontrar la nave.

 

Las críticas no fueron solo contra Aguad. La ex ministra de Defensa Nilda Garré también escuchó su parte. “Quiero preguntarle si después de saber la incomodidad que nos produce su presencia no pensó en excusarse”, la increpó una de las familiares. Otro de los presentes hizo alusión al dinero que se gastó en la reparación de media vida del submarino, durante el gobierno kirchnerista.

 

 

 

También recibió críticas el presidente Macri. “¿Usted dice que está con nosotros? Fue a jugar al golf frente a la base naval de Mar del Plata y y cuando fuimos a hablar nos dio la espalda”, reclamó uno de los familiares.

 

Casi seis horas después de su llegada, tras cuatro horas de debate mano a mano con los familiares, Aguad respiró cuando Ojeda anunció el fin de las preguntas y el pase a un cuarto intermedio, para luego comenzar con las consultas de los legisladores que forman parte de la comisión. Pasadas las 21.30, el ministro seguía en el salón Illia.

 

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