El escándalo generó la oportunidad de la salida. “Levantala porque vamos, dale”, le pidió Luis Caputo a José Mayans, presidente de la Comisión Bicameral de Seguimiento Control de la Gestión de Contratación y Pago de la Deuda, cuando el ministro llevaba cuatro horas exponiendo sobre la evolución del endeudamiento nacional e intentando explicar su vínculo con sociedades offshore. La diputada Gabriela Cerruti gritaba mientras blandía un papelito que le había enviado, por medio de un asesor, el propio titular de Finanzas. “Levantamos por el desorden”, anunció rápidamente el formoseño. Los diputados y senadores que aún no habían podido preguntar se lamentaban. Creían que, para ese entonces, Caputo estaba acorralado por el escándalo de los paraísos fiscales. Pero había logrado salir.
En la batalla que libraron el ministro y los opositores no hubo ganadores. Todos perdieron. Caputo empezaba a trastabillar en un cruce con José Luis Gioja sobre su participación en la empresa Noctua y no había siquiera llegado a escuchar las preguntas, que se presumían filosas, de los diputados Rodolfo Tailhade (FpV), Javier David (Bloque Justicialista) y Felipe Solá (Frente Renovador), cuando el cruce con Cerruti le dio el pase de salida.
“¡Me mandó este papelito, es una falta de respeto!”, gritaba la diputada del Frente para la Victoria mientras mostraba un mensaje que el ministro le había hecho llegar por medio de un asesor, que decía “mis hijas tienen 11 y 13 años, no seas mala”, seguido por un emoji con una carita sonriente. Caputo miraba con media sonrisa desde la presidencia, sentado al lado de Mayans, a quien momentos antes le había pedido que fuera redondeando la lista de oradores. “No me voy a quedar ocho horas, bajame la lista”, le había dicho al senador peronista, en un diálogo que se filtró a través del micrófono, que permanecía abierto mientras hablaba la senadora María de los Ángeles Sacnun.
Con el escándalo en marcha, Caputo vio la oportunidad y Mayans le puso punto final a la reunión. “Esto es una falta de respeto”, se acercó a recriminar el salteño Pablo Kosiner. “Se sintió acorralado y, más allá de la anécdota del papelito, decidió pararse e irse. Lo escuchamos todos los que estábamos acá. Dijo 'cortemos' se paró y se fue”, apuntó David y señaló que, sobre el final, el ministro “reconoció que omitió datos en su declaración jurada y puso como excusa que ni él ni su contador sabían cómo llenarla; es insólito”
En efecto, minutos antes de que la reunión volara por los aires, Caputo había mantenido un cruce con Gioja, que lo había interrogado sobre su participación en sociedades offshore. “¿Por qué lo ocultó en su declaración jurada? Y después dice que las vendió. ¿A quién?”, había preguntado el sanjuanino. Con la misma actitud serena que mantuvo durante gran parte de su intervención, Caputo respondía: “Ya lo dije, está todo bien. El punto no es... o sea, es si se corrigió o no. La Oficina Anticorrupción pide rectificaciones y las hay”.
“Está bien, pero no las declaró, ministro”, le respondió Gioja. “El punto es si uno no lo quiere hacer. No hubo ninguna omisión por el lado mío. Lo que le pasó al contador, no tengo ningún problema en contarlo...”, replicó Caputo. Enseguida intervino Mayans. “Usted ya hizo la pregunta, la respondió. Bueno, no les satisface la respuesta, pero no puede haber diálogo”, blindó el formoseño al ministro. “Dejame que responda. Yo pasé al sector público de un día para el otro. No sabía ni lo que era la Oficina Anticorrupción. Un día, al contador le trajeron un sobre y llenó la declaración jurada. Está todo en la declaración. Hay otra parte de la declaración jurada que el contador mismo ni sabía y yo tampoco. Entonces, cuando salió este tema, dije 'no tengo idea'. El contador dijo lo mismo. No es que omitió alguna empresa en particular. Omitió que soy profesor de la UCA”, siguió el ministro. Rápido, Mayans le sacó el micrófono a Gioja y se lo cedió a Fernando Pino Solanas, que volvió a arremeter con las offshore. Dos minutos más tarde, Cerruti se levantaba con su denuncia y la reunión terminaba.
“No trajo ningún papel. Dice que era un fiduciario de Noctua y que el verdadero dueño la declaró. ¿Si el dueño la declaró entonces cuál hubiera sido el problema en decirlo acá? No trajo ni un solo papelito para respaldar lo que dijo”, apuntaba Tailhade, quien se quedó con una artillería de preguntas pendiente, que Caputo nunca llegó a escuchar.
En las poco más de cuatro horas que duró su exposición, Caputo respondió sobre la evolución de la deuda pública y su vínculo con sociedades offshore, los contratos de dólar futuro y conflictos de intereses. El comienzo de la reunión ya mostraba que el clima sería hostil. El ministro se sentó junto al presidente de la comisión, Mayans; el vicepresidente, Eduardo Amadeo; el secretario, Axel Kicillof; el secretario de Finanzas, Santiago Bausili, y el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo. En primera fila estaban reservadas las sillas para los miembros de la comisión – diez senadores y diez diputados- y detrás, otras 64 butacas para los legisladores que no forman parte del cuerpo, pero quisieron participar de la reunión.
Fue Mayans quien arrancó aclarando que el ministro no había concurrido antes al Congreso porque la comisión aún no se había conformado. “Te agradezco la sinceridad”, arrancó Caputo antes de empezar con su exposición, que se centró en explicar las razones del crecimiento de la deuda. “Ustedes saben que el objetivo es lograr pobreza cero”, dijo el ministro y explicó la necesidad de avanzar en la reducción del déficit de manera gradual. La transición hacia el equilibrio fiscal, explicó, se financia con deuda. “El endeudamiento va a bajar a medida que baje el déficit”, afirmó.
Antes de que arrancaran las preguntas, una votación definió la modalidad de la audiencia. El formoseño Luis Naidenoff planteó la moción para que las preguntas se hicieran en tres bloques y el ministro las respondiera por tandas, en lugar de una por una. La propuesta del oficialismo triunfó por diez votos contra nueve, pese a que Cambiemos tiene nueve miembros en la comisión. El salteño Juan Carlos Romero votó con el oficialismo, mientras que el cordobés Carlos Caserio se abstuvo. El ministro se vio fortalecido.
“Las fuentes de información que tenemos para saber sobre las empresas offshore son las filtraciones que vienen del exterior. Queremos saber ¿usted tiene más empresas offshore? ¿Fue propietario de empresas offshore? Porque ahora dice que la plata no es suya, ¿entonces de quién es?”, interrogó Axel Kicillof. La senadora radical Pamela Verasay se sumó a la pregunta sobre su relación con el fondo Noctua Asset Management, compradora del bono a 100 años que en 2017 emitió el Ministerio de Finanzas, que dirige Caputo.
“Hay muchas preguntas sobre los conflictos de intereses. Si le colocamos bonos a amigos porque venimos del sistema financiero. Voy a hablar del dólar futuro, porque seguro me van a preguntar. Ni mi mujer ni yo cobramos nada por el dólar futuro. Yo vendí todos mis contratos futuros. Decidí no beneficiarme, a sabiendas de que iba a ser ruinoso para el país. No me parecía bien”, dijo Caputo introduciendo el tema del dólar futuro, sobre el cual aún no había sido interrogado. “Aunque algunos no lo puedan creer yo tomé la decisión de no favorecerme”, agregó.
Luego se metió de lleno en el tema de las empresas radicadas en paraísos fiscales. “El tema de las offshore no es delito. El único tema es tenerlas declaradas. Es como una caja de seguridad. Las offshore se usan porque son jurisdicciones impositivamente neutras”, explicó. Y aclaró, respecto de Noctua que, pese a que los documentos de la SEC (la Comisión de Valores de Estados Unidos), demuestran que era accionista, era “un tenedor fiduciario, es decir, en confianza de otra persona. No puedo declarar lo que no es mío”, dijo. Y agregó: “No tengo nada que ver con esa empresa. Es simple”.
Luego se refirió a su vinculación con Axis, la sociedad gerente de Fondos Comunes de Inversión fundada por Caputo en 2012, que cobró 540 mil pesos de comisión de la ANSES por haber sido intermediaria en la compra de Lebacs. “No tengo ninguna vinculación con Axis desde el 4 de diciembre de 2015; esta denuncia ya fue desestimada hace cuatro meses, (pero) se siguen haciendo eco, difamando, con algo que la Justicia desestimó”, afirmó.
Las explicaciones se suspendieron cuando el escándalo derivó en el fin de la reunión. En la lista de oradores esperaban Tailhade – quien hizo cuatro denuncias penales contra el ministro-, Solá y David, preparados con artillería pesada., además de otros diputados del Frente para la Victoria cuando Caputo encontró la vía de escape.