El represor Reynaldo Benito Bignone, el último presidente de facto, murió a los 90 años en el Hospital Militar y se llevó a la tumba la información que tenía de los desaparecidos.
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El represor Reynaldo Benito Bignone, el último presidente de facto, murió a los 90 años en el Hospital Militar y se llevó a la tumba la información que tenía de los desaparecidos.
Había recibido varias condenas por delitos de lesa humanidad. Entre ellos, fue sentenciado junto a Jorge Rafael Videla por la apropiación de hijos e hijas de desaparecidos durante el último régimen militar.
También se sentó en el banquillo y recibió una de las mayores condenas por parte del TOF N° 1, en el marco del juicio oral por crímenes de lesa humanidad cometidos dentro del Plan Cóndor y Automotores Orletti.
Así, en 2016 fue condenado a 20 años de prisión por la desaparición forzada de más de 100 personas durante el Plan Cóndor. Un año después, la Justicia lo condenó a prisión perpetua por la causa que investigaba los delitos ocurridos entre 1976 y 1977 en el Colegio Militar de la Nación.
El militar había nacido en el partido bonaerense de Morón el 21 de enero de 1928 y entre el 1° de julio de 1982 y el 10 de diciembre de 1983 fue el presidente de facto de la Argentina, siendo el último dictador.
En aquel 10 de diciembre de 1983, traspasó el mando a Raúl Alfonsín en el regreso de la democracia.
Durante su paso por la Casa Rosada, Bignone había ordenado la destrucción de toda la documentación sobre detenidos y desaparecidos durante la última dictadura militar y también es recordado por firmar la ley de autoamnistía que redimía de responsabilidad penal por violaciones a los derechos humanos a los miembros de las Fuerzas Armadas.
El represor se encontraba cumpliendo de manera domiciliaria una condena a prisión perpetua por crímenes de lesa humanidad cometidos entre 1976 y 1977 en el Colegio Militar de la Nación contra conscriptos del servicio militar obligatorio.
También había sido condenado a 20 años en el marco de la causa que investigaba los delitos cometidos en el llamado "Plan Cóndor".
En 1984 había sido encarcelado por varias desapariciones, pero luego liberado por la Ley de Obediencia Debida, así como también años más tarde sería indultado por el entonces presidente Carlos Menem.