La Cámara de Diputados no pudo aprobar este martes, tras semanas de discusión y varios cambios al texto original, el proyecto para elevar las sanciones a los delitos vinculados a la violencia en el fútbol, promocionada como ley anti barra bravas. La aprobación quedó trunca porque el proyecto fue aprobado en general por 201 votos a favor y tres abstenciones, pero el debate en particular, sobre cada artículo se empantanó luego de las 22 y finalmente fue aprobada una moción para que el tema vuelva a comisiones. Se trata de uno de los pedidos que en forma personal le había hecho Mauricio Macri a los líderes del oficialismo en el Congreso. Igualmente, ni este expediente ni el otro que había reclamado el Presidente, el que regula el financiamiento de partidos políticos, tendrán sanción definitiva este año, ya que el Senado decidió no incorporar ninguna de las dos propuestas en el temario de su última reunión de 2018, este miércoles.
El inesperado traspié puso en crisis un acuerdo abordado tras arduas negociaciones, ya que el texto original que había enviado el Ministerio de Seguridad que comanda Patricia Bullrich planteaba penas que rompían con la armonía del Código Penal y hasta el propio bloque de Cambiemos se negaba a votarlo. Finalmente, un amplio acuerdo parlamentario, que implicó cambios en gran parte de la ley e incluso la incorporación de muchos y nuevos artículos que finalmente no permitieron que la iniciativa sobreviviera al debate en particular.
A su vez, durante el transcurso de la sesión y aprovechando el revés que sufrió el Gobierno por parte de la Corte Suprema, desde el kirchnerismo se instó al Poder Ejecutivo a incluir en el período de extraordinarias la discusión de una fórmula para estimar los haberes jubilatorios, como exigió el máximo tribunal.
Como de antemano se esperaba el acuerdo parlamentario para aprobar la ley, la sesión se nutrió de cruces y chicanas entre oficialistas y opositores por la relación de la política con las barras.
Desde Cambiemos cuestionaron el manejo de la violencia en el fútbol durante la gestión de Cristina Fernández de Kirchner, con especial hincapié en la "solución" de sacar a los visitantes de los estadios y a la organización, alentada desde el gobierno kirchnerista, de Hinchadas Unidas Argentinas.
Pero la apertura de esa discusión le sirvió al jefe del bloque del Frente para la Victoria (FPV), Agustín Rossi, para apuntar a la relación del macrismo con el fútbol. "Llegaron al poder porque convivieron 12 años con los barras", arrancó, recordando la gestión de Macri en Boca. "El fiscal (Carlos) Stornelli cuando era secretario de seguridad de Boca fue al casamiento de (el jefe de la barra xeneize, Rafael) Di Zeo. Vienen a hablar de Hinchadas Unidas, de alguna expresión alguna vez de la ex presidenta. Hay que tener cara, viejo".
SIN LAS LEYES. Macri le había pedido a sus representantes en el Congreso que, en el período de sesiones extraordinarias, se sancionen dos leyes: la anti barras y la que habilitaría el financiamiento de campañas electorales a través de empresas privadas. Aunque hay acuerdo con la oposición para tratar ambos proyectos, ninguno será ley este año.
En la reunión de Labor Parlamentaria de la que participaron los jefes de todos los bloques del Senado este martes, se resolvió postergar para febrero el debate de los proyectos sobre violencia en el fútbol y sobre financiamiento de los partidos políticos y campañas electorales. Una suerte similar corre el accidentado proyecto anti-barras. Así, la Casa Rosada cerrará 2018 sin los proyectos que obsesionaban al Presidente.