Desde Buenos Aires, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, aseguró que los hechos de violencia ocurridos este sábado en París "nada que ver con la expresión pacifica de las protestas" y afirmó que los manifestantes "no quieren ningún cambio, quieren el caos".
"Ninguna causa justifica que se ataquen las fuerzas del orden o se roben los comercios. Que edificios públicos o privados queden incendiados, que se amenace a periodistas o transeúntes, o que se ensucie el Arco del Triunfo", sostuvo Macron.
En una breve conferencia de prensa, el mandatario aseveró: "Los culpables de estos actos de violencia no quieren ningún cambio. No quieren ninguna mejora. Lo que quieren es el caos. Así traicionan a las causas que pretenden servir y que manipulan".
Además, adelantó que a los manifestantes "se los identificará y se los considerará responsables de sus actos ante la Justicia".
La tercera jornada nacional de protesta del movimiento denominado "chalecos amarillos", que reclama por la pérdida del poder adquisitivo y la quita de subsidios a los combustibles, derivó en revuelta en el corazón de París y se saldó con 270 detenidos, 110 heridos -uno de ellos de gravedad-, informó el ministerio del Interior francés.
Macrón repudió el ataque a la policía, la destrucción de edificios y de automóviles en las calles durante los enfrentamientos entre "chalecos amarillos" y policías.
El mandatario galo anunció que este domingo mantendrá una reunión de urgencia con el primer ministro Édouard Philippe y sus principales ministros en el Palacio del Elíseo, sede de la presidencia gala.
"Siempre respetaré las manifestaciones, contestaciones y oposiciones. Pero nunca aceptaré la violencia", completó.
La Policía francesa evacuó "por medidas de seguridad" las célebres galerías Lafayette y Printemps Haussmann por los saqueos e incendios que se extendían en las calles de París, en otra jornada de protestas por el aumento de los combustibles y el aumento del costo de vida.