La semana pasada terminó con novedades importantes para el dólar, con un alza del 6%, más del 1% solamente el viernes. Una serie de factores explicaron el cambio de tendencia, que dio por tierra con las previsiones que, hasta muy poco antes, hablaban de una inminente intervención del Banco Central para sostener una divisa que se desinflaba y casi tocaba el piso de la banda de flotación pactada entre el Gobierno y el Fondo Monetario Internacional (FMI). En tanto, el billete verde volvió a operar este lunes en fuerte suba. ¿Qué pasó? ¿Cómo influye esto en los planes oficiales para forzar la reactivación de la economía y poder dar pelea en las urnas?
El analista financiero Christian Buteler, le dijo a Letra P que “el fenómeno es, como siempre, multicausal”. En su recuento, “hubo un cambio desde que se les aumentaron de nuevo los encajes a los bancos” para evitar que tomaran dólares en el exterior para especular en el mercado doméstico. “En ese punto, el dólar dejó de caer y de acercarse al piso de la banda”, señaló.
De acuerdo con Leandro Ziccarelli, coordinador del Observatorio Monetario-Financiero del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), además “quedó mucha liquidez vacante (del desarme) de las Lebac (Letras del Banco Central) y las últimas dos subastas de Leliq (ndr: Letras de Liquidez, instrumentos en pesos a siete días que se colocan entre bancos) también dejaron muchos pesos en la calle”. “De hecho, el Tesoro, que quería colocar $10.000 millones en Lecer (ndr: Letras ajustables por inflación), no pudo colocar ni $4.000 millones”, explicó.
Buteler apuntó, asimismo, a “la baja de tasas de las Leliq que se ve diariamente y que, en algún momento, se va a trasladar a los plazos fijos, porque esos instrumentos se integran principalmente con el dinero que los bancos juntan en ese concepto”.
Este es un punto crucial, que condiciona los planes económicos y políticos del Gobierno. Va de suyo que la política de reducción del costo del dinero que viene aplicando el presidente del Banco Central, Guido Sandleris, destinada en lo posible a apurar los plazos de la salida de la recesión, se va a hacer más dificultosa si el dólar sigue calentándose. En ello se juega buena parte del partido preelectoral.
Gustavo Reija, director de la consultora Mecronomic, indicó que “la frágil estabilidad del tipo de cambio está sostenida por las altas tasas y el mecanismo de carry trade (ndr: bicicleta que consiste en la venta de dólares, la apuesta a la obtención de intereses en pesos y el regreso al dólar, para recrear el circuito o salir del juego). Nunca hay que olvidar que nuestra economía es bimonetaria y que el nivel de la tasa de interés es uno de los elementos centrales a la hora de definir las preferencias de dolarización de portafolio”.
Para Buteler, “un mes de calma no es suficiente para dar por terminada la crisis cambiaria. Esto hay que seguirlo muy de cerca en un contexto como el nuestro. De hecho, las reservas siguen cayendo y el riesgo país vuelve a subir”.
Ziccarelli estimó que “todavía no hay nada como para alarmarse en el corto plazo, pero era evidente que no tenía mucho sentido que el dólar estuviera tan cerca de la banda con los precios corriendo a una cotización de $40. Ahora, es esperable que se acerque al centro del corredor de la banda”.
La política de reducción del costo del dinero que viene aplicando el Banco Central, destinada a apurar los plazos de la salida de la recesión, se va a hacer más dificultosa si el dólar sigue calentándose. En ello se juega buena parte del partido preelectoral.
Lo que va más allá de lo estrictamente inmediato es otra cosa. Siempre según Ziccarelli, “si no pasa nada raro afuera, el dólar lenta y erráticamente va a ir hacia arriba. Creo que en este esquema recesivo y de contracción lo pueden manejar, pero veremos en diciembre cuando tiren $83.000 millones a la calle para ajustar la base monetaria por estacionalidad”.
Después llegará el momento electoral. “A mediados del año que viene comenzará formalmente el proceso electoral –el último sábado de junio cierran las listas-, por lo que es muy probable que las tensiones cambiarias reaparezcan (incluso pueden anticiparse). En este sentido, cuanto mayores sean las chances de un triunfo de un candidato presidencial market-friendly, mayores serán las posibilidades de mantener cierta estabilidad cambiaria. Caso contrario, proyectamos que la divisa testearía la banda superior de la zona de no intervención”, dijo Ecolatina en su último informe.
Reija añadió otro punto de vista. “A pesar del crecimiento cero de la base monetaria” comprometida por el gobierno de Mauricio Macri ante el FMI, “hay que considerar el impacto del resto de los agregados monetarios. Los depósitos mayoristas a plazo fijo han crecido más de $100.000 millones desde octubre, lo que representa un stock volátil que puede dolarizarse en el corto plazo y constituye un potencial desestabilizador del valor del dólar.
“Por supuesto que esto ocurre fomentado por una gran caída del producto y una escasa generación de divisas, en un contexto que adelanta el riesgo electoral. A partir de marzo, crecerá la dolarización de portafolio y, en ese contexto, la duda será: ¿se liquidarán todos los dólares de la próxima cosecha, que se espera muy buena o se especulará en el contexto del riesgo electoral?”, se interrogó el hombre de Mecronomic.
La pregunta del millón.