Coprotagonista de la multitudinaria actividad impulsada este sábado por el ala gremial más crítica al gobierno de Mauricio Macri la Iglesia puso de manifiesto un gesto de acentuada oposición hacia las políticas implementadas desde la administración central. “La Iglesia no quiere estar ausente en la historia”, avisó el arzobispo de Mercedes-Luján, Agustín Radrizzani, durante la misa ofrecida a quienes movilizaron convocados por el frente sindical liderado por el camionero Hugo Moyano y frente a múltiples dirigentes e intendentes del peronismo.
En ese marco, Radrizzani remarcó que el pueblo "no quiere tutelajes ni injerencias donde el más fuerte subordine al más débil", bregando por un proceso de “auténtico cambio”. Y apuntó en el mensaje que más aplausos levantó: “No nos dejemos robar la comunidad”.
Tal como contó Letra P, a partir de la asunción en noviembre del año pasado de la nueva conducción del Episcopado, con Carlos Ojea a la cabeza, desde allí comenzaron a emitirse señales críticas hacia el Gobierno, las cuales, durante los primeros dos años de macrismo, estuvieron ausentes bajo la sotana de José María Arancedo.
Y este sábado, la curia más afín al papa Francisco, afiló su prédica crítica hacia el Ejecutivo. “Ninguno de los problemas se puede resolver sin la interacción entre el Estado y el pueblo. Si realmente queremos un cambio positivo tenemos que asumir humildemente nuestra sana interdependencia pero interacción no es nunca sinónimo de imposición”, subrayó el arzobispo lujanense.
Y ahondó: “El futuro de la Nación no está únicamente en manos de los dirigentes, está fundamentalmente en manos de nuestro pueblo, en su capacidad de organizarse y también para lograr este proceso de auténtico cambio”.
Atentamente, escuchaban el líder camionero, Hugo Moyano, su hijo Pablo, los diputados nacionales Daniel Scioli, Felipe Solá y Fernando Espinoza; y los intendentes de Merlo, Gustavo Menéndez; de Ituzaingó, Alberto Descalzo; de La Matanza, Verónica Magario; y de Malvinas Argentinas, Leonardo Nardini; entre otros. También, estaba presente el ex legislador porteño y amigo personal del sumo pontífice, Gustavo Vera. En cuando a los gremialistas, estaban presentes Roberto Baradel (Suteba), Omar Plaini (Canillitas), Ricardo Pignanelli (Smata) y Sergio Palazzo (Bancarios), entre otros.
Para concluir su homilía, el prelado citó al papa Francisco: "No nos dejemos robar el entusiasmo. No nos dejemos robar la esperanza. No nos dejemos robar la alegría permanente. No nos dejemos robar la comunidad. No nos dejemos robar el evangelio. Y, finalmente, no nos dejemos robar el ideal del amor fraterno".