El tan mentado pass trough empezó a pegar de lleno en las góndolas. Las constantes devaluaciones del peso de los últimos dos meses se transformaron en aumentos 20 puntos superiores al incremento en los salarios: un informe de la consultora Scentia, que elabora trabajos para los grandes supermercados, refleja que los precios subieron un 35,2% interanual en septiembre (la suba más alta en todo el 2018). Todo, en un escenario de contracción económica y de caída del consumo. De hecho, en el mes, la baja del gasto hogareño en grandes superficies tuvo una variación interanual del 3,7%, con un acumulado anual del 08%.
Los precios, por las nubes.
El detalle del informe muestra que en autoservicios independientes la baja fue del 6,1%, mientras que en las cadenas de supermercados alcanzó el 1,7%.
En el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), en tanto, la baja general del consumo fue de 2,8%, mientras que en el Interior del país alcanzó el 4,4%. En este punto, Scentia muestra que la sensación de que el interior tiene un nivel económico más acomodado que Buenos Aires es casi una falacia.
El consumo, en picada.
El derrumbe general del gasto de las familias tiene un único indicador que sigue positivo: la venta de bebidas alcohólicas creció en ventas un 11,4% interanual. El resto dieron para abajo, como Higiene y Cosmética (5,3%), Desayuno y Merienda (casi 6%), Alimentación (3,7%), Limpieza de Ropa y Hogar (8,4%) y Bebidas Sin Alcohol (1,2%).
“Comienzan a notarse los efectos de la devaluación en precios”, apunta el informe de Scentia, que además precisa que el aumento del ticket promedio estuvo incluso por debajo de la devaluación, con un incremento del 29,4%, esto medido en las grandes superficies.
En paralelo, aclaran que la cantidad de transacciones, en septiembre, “evidencia una caída del 1,9% contra igual mes del año anterior y la acumulada anual se encuentra en -2,4%”.