Cuando Matías Ranzini juró como diputado provincial de Cambiemos por la Segunda sección electoral, el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Cristian Ritondo supo -sentado en uno de los palcos del palacio legislativo desde donde siguió la ceremonia junto al senador nacional Federico Pinedo- que una de las 92 bancas que tiene la Cámara baja bonaerense iba a llevar su impronta. Con Ranzini y a caballo de Cambiemos, Ritondo desembarcaba plenamente en otra legislatura.
Su enviado consiguió el tercer lugar en la lista de diputados provinciales del noreste bonaerense. Nacido en Zárate, Ranzini siempre fue leal al hoy ministro de Seguridad bonaerense.
Ranzini, junto a Ritondo.
En los tiempos en los que Ritondo presidía el bloque del PRO porteño y luego la Legislatura de la Ciudad autónoma, Ranzini estuvo a su lado. “Ahí tejió su lazo de confianza con Cristian”, dice un conocedor del PRO desde antes de la expansión bonaerense. Ranzini fue el secretario parlamentario del bloque en épocas en la que el hoy presidente Mauricio Macri gobernaba la Ciudad, María Eugenia Vidal era su vicejefa y Horacio Rodríguez Larreta conducía la Jefatura de Gabinete.
En esos años, Ritondo lideró la Legislatura porteña en minoría y siempre le dio a Macri los presupuestos en tiempo y forma, pudiendo acordar con el kirchnerismo y el peronismo. El ritondismo se ufana de la creación del distrito Villa Olímpica, que le permitirá al presidente Macri mostrar su Buenos Aires “al mundo”. En ese espacio llevará adelante los Juegos Olímpicos de la Juventud en octubre de este año.
En la actualidad aún le cuesta despegarse de Ritondo. Cuando éste fue designado jefe de la seguridad provincial, fue con él a La Plata para ser el subsecretario de Relaciones Institucionales del ministerio. Ahora, Ranzini es diputado provincial y Ritondo sigue como ministro, pero la relación –dicen-no mutó en lo más mínimo.
Son 600 los metros que separan los despachos de ambos funcionarios. Por eso, el diputado cada vez que puede va al ministerio donde pasó los últimos dos años.
HABLÁ CON RANZINI. El presidente de la Cámara, el vidalista Manuel Mosca, le pidió que lo “ayudara” con el operativo de seguridad de una de las últimas sesiones extraordinarias luego del episodio de Mario Secco ingresando al recinto. Ranzini empezaba a tomar vuelo.
A la semana siguiente -en un clima de tensión social fogoneado por lo que pasaba en el Congreso nacional, donde la represión de las fuerzas de seguridad se ejecutaba entre balas de gomas y gases- la Legislatura de Vidal aparecía blindada de efectivos a más no poder. Hasta personal de drogas ilícitas merodeaba los alrededores de la Cámara de Diputados y del Senado, que votaban la reforma al régimen jubilatorio del Banco Provincia. Hubo, también, efectivos desperdigados por el edificio y hasta en la terraza de Diputados, con cámaras de fotos y teleobjetivos.
Es casi un hecho que será el presidente de la comisión de Seguridad en la Cámara de Diputados bonaerense. En la primera sesión que lo tuvo como legislador fue el encargado de defender y pedir en el recinto que la oposición votara a favor de la emergencia en Seguridad. Los proyectos de ley referidos a la temática pasarán por él.
Hará un trabajo con la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte para avanzar en leyes contra los barras y el cuidado de los espectáculos deportivos. En lo que será su comisión descansa un proyecto del massismo que tiene el visto bueno de Ritondo: la regulación de espectáculos masivos de autoría del diputado del Frente Renovador Javier Faroni.
Con el massismo se esperan debates de alto volumen para este año legislativo que aún está en boxes. El bloque que responde a Sergio Massa tiene dos nombres filosos en la materia: Ramiro Gutiérrez y Jorge D’Onofrio. Ranzini dice que con los dos se lleva bien y tiene buen diálogo.
Con cuatro años por delante como diputado, no deja de mirar lo que pasa en Zárate. En su círculo aseguran que trabajará para el distrito que lo vio nacer y que abandonó cuando se fue a estudiar y militar a la gran ciudad, donde conoció a Ritondo. El ministro de Seguridad sabe que ahora tiene a alguien de extrema confianza en la Legislatura bonaerense. Es el primer puro bonaerense que se suma a la lista de los legisladores porteños Daniel Del Sol, Paola Michieloto, Mercedes Gómez De Las Casas y Cristina "La Vasca" García. Además de Alejandro Fernández en el Consejo de la Magistratura porteña. Ranzini se erige así como el ritondismo naciente en la Legislatura de Vidal.