La gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal llegó cerca de las 10 al Colegio Don Bosco, en la localidad bonaerense de Castelar. Saludó uno a uno a los vecinos que se acercaron, votó de manera rápida y dijo que “no imagina nada de 2019”, consultada por la prensa sobre la posibilidad de figurar en las boletas de la próxima elección como candidata a presidenta.
“No me imagino nada de 2019. Hoy sólo pienso en cómo fortalecer el equipo para cumplir el compromiso que tengo con cada vecino”, manifestó Vidal.
Con una sonrisa grabada desde el desayuno que encabezó minutos antes junto a los precandidatos de Cambiemos, la mandataria bonaerense habló de su hija Camila, quien con 16 años votará por primera vez. “Mi casa es una casa donde se habla de estos temas. Me parece importante ejercer este derecho desde la primera vez que tienen la oportunidad”, destacó.
Comentó que su jornada continuará con un almuerzo en la casa de sus padres, en Haedo, y una “siesta” antes de arribar al búnker de Cambiemos, ya que “la Provincia es grande y el escrutinio siempre tarda”.
En tanto, expresó que el diálogo con vecinos “siempre es un encuentro de corazones”. “Siempre es lindo recibir el afecto y el cariño (de los vecinos) y también sus reclamos, porque siempre hay para mejorar”, indicó Vidal.