El detonante para que se reavivara el conflicto con los productores de fruta en Río Negro fue una protesta en las puertas de la Secretaría de Fruticultura. A la par de la promesa del ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca rionegrino, Alberto Diomedi, de encontrarse en la primera quincena de enero con los representantes de la federación de productores, el gobernador Alberto Weretilneck coincidió -una vez más- con el senador Miguel Ángel Pichetto en la necesidad de cambiar las políticas para el sector e hizo un llamado a los funcionarios nacionales para que lo ayuden a enfrentar la crisis.
Con ramas y mucha fruta, chacareros se apostaron en las puertas de la Secretaría para reclamar, como cada año, “rentabilidad”. Un piquete fue el móvil para manifestarse contra el sistema económico del Alto Valle, al que el vicejefe de Gabinete nacional Gustavo Lopetegui le terminó de dar un golpe certero cuando acusó a los productores de “producir lo que hoy no pide el mercado”.
“Hemos tenido una conversación con el ministro Diomedi. Nos dijo que está dispuesto a reunirse”, contestó este miércoles el federado Marcelo Coreolani. Al igual que Sebastián Hernández, actual conductor de la entidad, y de Carlos Zanardi, vaticinó un 2018 “complejo y difícil”. Es así como en el cierre de la jornada se desarrollaba un encuentro de la cúpula federada para redactar una serie de exigencias que le llevarán los primeros días del año nuevo al ministro Diomedi.
El que sorprendió en las últimas horas fue Weretilneck. Sin titubear, en pleno reclamo en las puertas de la dependencia estatal, se refirió al conflicto interminable con un tiro por elevación a la Casa Rosada. Quizás en respuesta a la definición de Lopetegui que inició un duro cruce, se despachó contra las políticas para el sector. "El gran tema pendiente es la fruticultura”, admitió el gobernador. “Tenemos que consensuar proyectos con el Gobierno nacional. El complejo frutícola está en crisis total. Tenemos que hacer algo distinto sin dudas para fortalecer la fruticultura", sentenció en diálogo con FM La Súper de General Roca.
Como aliado a la Rosada y en sintonía con cada una de las políticas que despliega el presidente de Mauricio Macri, Weretilneck recordó el denominado Libro Blanco de la fruticultura, el proyecto que había ideado junto a sus funcionarios, pero, por rechazo de las cámaras empresariales o de algunos grupos de productores, quedó en un limbo y archivado.
Pichetto, que oficia de vocero del Ejecutivo rionegrino, abandonó un momento su pelea con Cristina Fernández de Kirchner para reclamar competitividad. A unos días de votar en el referéndum más caro de la historia en Sierra Grande, su ciudad, habló del tipo de cambio. “En el Valle, estamos en la lona”, sintetizó el decano de los senadores al ministro de Hacienda nacional, Nicolás Dujovne, en la última reunión de comisión. Como informó Letra P, luego de la derrota en 2015, Pichetto criticó a los productores que se manifestaron en las principales rutas del Alto Valle a unas horas de las elecciones para la Gobernación. “Tuve otra 125 en Río Negro e indudablemente eso impactó muy fuerte”, contestó a este medio cuando el Frente para la Victoria (FpV) iniciaba su salida del poder.
Este conflicto se reproduce, en una medida sensiblemente menor, en Neuquén. El 85 por ciento de las plantaciones (y producción) está en Río Negro y el 15 restante, en suelo neuquino. Algo más de cuatro mil productores, 260 establecimientos de acondicionamiento y empaque, 220 establecimientos frigoríficos y 11 firmas que elaboran jugo concentrado conforman la estructura en la región norpatagónica.