A más de 40 días de su caída, Miguel Ángel Pichetto trató de desligar al Partido Justicialista de la paliza que recibió en manos del naciente Juntos Somos Río Negro de Alberto Weretilneck y apuntó contra los sectores rurales que salieron a las rutas más importantes de la provincia para reclamar ayuda en la previa de los comicios.
“La crisis frutícola, veinte días de rutas cortadas. Tuve otra 125 en Río Negro e indudablemente eso impactó muy fuerte. Había un malhumor generalizado”. La frase de Pichetto, ante la consulta de Letra P, intenta justificar el pobre resultado que lo dejó muy lejos de Weretilneck, que rozó los 53 puntos en una elección histórica.
“50 mil personas que cruzaban el puente Cipolletti-Neuquén caminando. Todos decían `Pichetto tiene la culpa y el gobierno nacional también´”, volvió a plantear. Acompañado por Martín Soria, actual titular del PJ en Río Negro luego del pedido de licencia, demostró en Parque Norte que mantiene una gran relación con Daniel Scioli y que la base electoral, sobre todo en General Roca y Viedma, aportará al triunfo del kirchnerismo.
“El Frente para la Victoria de Río Negro sacó casi el 34 por ciento de los votos (33.94), lo que nos da una base electoral y con 10 puntos más, Scioli está en 44, 45 puntos en nuestra provincia. El resultado provincial no va a cambiar para nada lo que pase en agosto y octubre”, reconoció.
Soria fue uno de los apuntados por el pichettismo. La contundente victoria del 3 de mayo se apaciguó en términos escandalosos en junio como en San Carlos de Bariloche, donde María Eugenia Martini no pudo darle el principal distrito de la provincia al kirchnerismo y pone en duda su triunfo el 6 de septiembre.
De manera insólita, a pesar de que los sondeos le daban una ventaja de 15 puntos, Pichetto se quejó del rol que tienen las encuestas: “En la Argentina hay que analizar el rol de los encuestadores. Todos mienten. Habría que suspender las encuestas en la argentina por 150 años”.