Por la crisis en la CGT y los cacerolazos, patean para 2018 la reforma laboral
Los crujidos internos del cegetismo encendieron luces de alarma dentro del Gobierno: el tratamiento de la reforma laboral será postergado hasta marzo del año próximo. Cautela para preservar aliados.
Luego de los cacerolazos, las movilizaciones y los crujidos internos de la CGT, la administración del presidente Mauricio Macri decidió postergar el tratamiento de la reforma laboral para el año que viene, cuando el Congreso reanude sus sesiones ordinarias después del 1° de marzo.
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La renuncia del jefe metalúrgico quilmeño a la secretaría de Interior confederal generó luces de alarma dentro del equipo que conduce Triaca. No fue la única: también resonaron las quejas y advertencias del “gordo” José Luis Lingieri, titular del gremio de trabajadores de Aguas y Saneamientos (AySA), quien a pesar de la excelente relación que mantiene con el ministro del Interior Rogelio Frigerio, le hizo llegar al Gobierno su malestar por los coletazos políticos que podría tener para los sindicatos aliados soportar más costos políticos que los padecidos luego del tardío paro nacional que convocó la CGT para rechazar la sanción de la reforma previsional.
Este miércoles, la vicepresidenta Gabriela Michetti habló en el mismo sentido, durante el almuerzo del Rotary Club que encabezó en el primer piso del Sheraton Libertador: “Estamos tratando la reforma previsional, tributaria, fiscal y nada más, porque la laboral es la que todavía está en veremos. Mientras vamos con las otras no podemos largar una que es importante. La idea es ver si llegamos en estos días a hacer, sin demasiado tumulto, las que tenemos pendientes bien, pero me da la sensación que a la laboral no llegamos”, aseguró.
En la lectura del oficialismo, “la mejor forma de cuidar los consensos construidos pasa por esperar un poco” acotó el funcionario que deambula por el Patio de las Palmeras de Balcarce 50. Sin embargo, además de la cautela, el freno al capítulo laboral del “reformismo permanente” tiene que ver con la situación interna del cegetismo. Al parecer, los interlocutores más cercanos al Gobierno, ya advirtieron que quieren concluir el año sin más desgaste político. Ese fenómeno, no dependería de su voluntad, sino de los tiempos que maneje la administración de Cambiemos para evitar que la principal central obrera profundice su fractura latente.