El jefe de Gabinete del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Felipe Miguel, ingresó a la Legislatura porteña cerca de las 9 de este martes para brindar el segundo informe de gestión del 2017 y, pocas horas después, los tres gremios que representan a los trabajadores del Poder Legislativo local se unieron para bloquear la sesión especial, en reclamo de reapertura de paritarias.
Durante la ronda de preguntas de los diputados opositores al ministro coordinador de Horacio Rodríguez Larreta, la luz se cortó y todo el sistema de comunicación del recinto dejó de funcionar. Los 60 ediles quedaron a oscuras, iluminados únicamente con el sol que entra por el techo vidriado del recinto de sesiones, directo desde la Pérgola del edificio de Perú 160, ubicada en el cuarto piso. Incluso, algunos legisladores, privados de usar el micrófono, hablaron a viva voz.
La situación se volvió insostenible porque los trabajadores empezaron la protesta en las puertas del recinto, con unos tibios cantos y el estruendo de los bombos. A los pocos minutos, la sesión pasó a cuarto intermedio y comenzó la negociación entre las autoridades de la Casa y los tres gremios: SUTECBA, UPCN y ATE. Mientras tanto, la mayoría de los legisladores se agolparon en el Salón Eva Perón, regado de bebidas y repleto de entradas, pastas y hasta choripanes del servicio de catering de la firma Buenos Aires Comestibles (BAC).
Por primera vez en mucho tiempo, los tres sindicatos se unieron en un reclamo conjunto para elevar a Larreta: reapertura de paritarias, bono de fin de año y el pase a planta permanente para cubrir cargos vacantes. Desde uno de los gremios explicaron a Letra P que hace años que no hay ingresos a la planta estatal del edificio de Perú 130.
El oficialismo habla de “boicot” por parte de las entidades sindicales. El mensaje de los gremios fue claro: irrumpieron el día en que el jefe de Gabinete de Larreta informaba sobre el devenir de la gestión. Miguel no es solamente el ministro coordinador, es el hombre elegido por Larreta para controlar el presupuesto de su gobierno. El único que conoce a ciencia cierta en qué gastan los recursos los ministros; el encargado de la gestión económica de la administración larretista.
La Jefatura de Gabinete es el área que recibe los anteproyectos de presupuesto de cada jurisdicción gubernamental y retoca para luego consensuar con el Ministerio de Hacienda porteño. En consecuencia, decide qué recursos bajar o no al resto de las reparticiones de la gestión. Una situación similar se vivió el año pasado en el Consejo de la Magistratura, con una revuelta de los empleados estatales que paralizó el organismo justo en horas candentes del traspaso de la Justicia de la Nación a la Ciudad.
A lo largo del cuarto intermedio, Miguel se recluyó en despacho de la vicepresidencia primera junto a los macristas Carmen Polledo y Francisco Quintana, el dueto que administra la Legislatura. Faltaba Diego César Santilli, presidente del Parlamento, que por esas horas almorzaba con Larreta, María Eugenia Vidal, Marcos Peña, Federico Salvai y Fernando De Andreis en la Villa 31. Tras la recorrida por el asentamiento de Retiro, Larreta y Santilli hablaron con sus espadas en la Legislatura para destrabar el conflicto y comenzaron la negociación con los delegados de las tres ramas sindicales. En concreto, según pudo saber Letra P, el vicejefe de Gobierno se comprometió a negociar en persona con los delegados gremiales. La discusión entre el Gobierno y los sindicatos continuará este miércoles.
La negociación con los estatales sigue y la sesión especial de informe se podría reanudar dentro de unas horas.. La tensión de este martes abre un interrogante en torno al futuro inmediato. Larreta tenía previsto que le aprueben el Presupuesto 2018 este jueves, pero la discusión con los gremios nubla esa posibilidad. Curiosamente, un tema está atado al otro: el reclamo de recomposición salarial y la activación de la acordada cláusula gatillo implica mayores partidas para la Legislatura.
En el oficialismo confían en revertir la situación y sesionar el jueves en tranquilidad. El diálogo está abierto desde ambas partes. Por las dudas, los tres gremios firmaron un comunicado que desplegaron por los pasillos del Parlamento: el miércoles al mediodía volverán a tomar el recinto “para quedar esperando al jueves para sesionar con los legisladores todos los temas de los trabajadores”.