El riesgo económico, político y financiero es alto en la Argentina de Mauricio Macri, según revela un informe global elaborado por Bloomberg, denominado “Country Risk Score”, que ubica al país en el puesto 65 sobre 82 naciones evaluadas, apenas por encima de países como Sri Lanka, Mongolia, Tanzania y Nigeria. El mismo estudio proyecta una inflación del 23,7% para 2017, más alta que la contemplada por el Gobierno en el Presupuesto (17%).
Tomando en cuenta cinco categorías (puntuación de riesgo del país, reservas internacionales, perspectiva de desempleo, pronóstico de inflación y volatilidad monetaria) en comparación con otras naciones de Sudamérica, Argentina solo supera a Venezuela –el último del ranking-, Ecuador y Paraguay.
Como casi siempre en este tipo de indicadores vinculados a sectores financieros, la mejor nota se la lleva Chile (ubicado en el puesto 21), seguido por Perú, Colombia y Brasil. Como dato de color puede citarse que ni Uruguay ni Bolivia se encuentran evaluados en este ranking y que a la Argentina le otorgan una proyección para 2017 del índice de desempleo del 6,5%, dato que parece por ahora algo lejano a la realidad.
La medición se realiza en base a una composición de 29 indicadores que representan los riesgos financieros, económicos y políticos que enfrentan los inversores. Los puntajes de riesgo se calculan mensualmente y oscilan entre 0 y 100, con una puntuación más alta que marca un menor riesgo general en relación con otros países.
Para el estudio, Argentina tiene un riesgo de 15,8 puntos de esta medición (el país mejor rankeado es Noruega, con 96,5), mientras que las reservas monetarias están en rojo y apenas se anotan un 4,2% que las ubica en el fondo de la tabla global. El desempleo proyectado para 2017 es un módico 6,5 por ciento, la inflación 23,7 por ciento (mucho mayor el 17% proyectado por el Gobierno) y un 17,7% de volatilidad monetaria.
Se tienen en cuenta las reservas en divisas en poder del Banco Central de cada país como porcentaje del Producto Bruto Interno y, en cuanto al desempleo, las cifras son estimaciones para 2017 de la Organización Internacional del Trabajo para los que tienen más de 15 años de edad y explican que “el desempleo puede servir como un indicador de la salud general de la economía. Los altos niveles de desempleo a largo plazo eventualmente llevan a un menor poder adquisitivo entre los consumidores, menores ingresos fiscales para los gobiernos y posible malestar social”.
Otro punto que tiene en cuenta el indicador es el de la inflación. “Las políticas económicas pobres pueden provocar o exacerbar la inflación, al igual que una moneda débil”. También proyectan la volatilidad monetaria implícita a tres meses del tipo de cambio del dólar de la moneda. “Un movimiento significativo en el tipo de cambio de una moneda puede reforzar o debilitar las inversiones”, afirman.
VARIABLES. El informe de riesgo global elaborado por Bloomberg, el FMI y la OIT parte del hecho de los cambios que están atravesando los mercados por el comienzo de la era Trump, la merma del liderazgo chino y la etapa de importantes elecciones que atravesará gran parte de Europa.
Noruega encabeza el ranking con 96,5 puntos y le siguen en el top ten Suiza, Suecia, Hong Kong, Alemania, Dinamarca, Irlanda, Japón, Corea del sur, Singapur y Austria.
Según otro informe elaborado por el Foro Económico Mundial (World Economic Forum), que la semana pasada celebró su cumbre anual en Davos, Suiza, las tendencias que más determinarán el avance de la humanidad en la próxima década serán la desigualdad económica, la polarización social y el cambio climático.
La débil recuperación económica tras la crisis financiera global ha ampliado la brecha entre ricos y pobres, alimentando un sentimiento de "malestar económico" que ha llevado al surgimiento de partidos populistas, según el informe. Mientras que el Brexit y Trump fueron los signos más prominentes de una reacción anti-establishment en las democracias occidentales, la evidencia se extiende mucho más, con un apoyo creciente a los partidos de extrema derecha en Alemania, Francia, Italia y Holanda, entre otros.
"El continuo crecimiento lento combinado, con una deuda alta y el cambio demográfico, crea un ambiente que favorece las crisis financieras y la creciente desigualdad", escribió el fundador de WEF, Klaus Schwab, en el prefacio del informe. "La corrupción omnipresente, el cortoplacismo y la distribución desigual de los beneficios del crecimiento sugieren que el modelo económico capitalista puede no estar llegando a la gente".
La encuesta incluyó a 750 expertos que evaluaron 30 riesgos globales que van desde la deflación y las burbujas de activos hasta los eventos climáticos extremos, ataques terroristas, crisis alimentarias y ataques cibernéticos. Identificaron tendencias que incluían el envejecimiento de la población, el cambio climático, la polarización social y la desigualdad de ingresos que podrían amplificar esos riesgos.