Avanza el plan de los gobernadores Alberto Weretilneck (Río Negro) y Omar Gutiérrez (Neuquén) para salvar la Fruticultura del Alto Valle mediante apoyo del Gobierno nacional. En el Ejecutivo rionegrino entienden que se modernizará la cadena de producción, habrá competitividad ante otros países y será la mejor opción para una actividad en decadencia que tiene concentrada toda el área de plantación en la región más poblada de la Patagonia.
NEGOCIO(PARAPOCOS). Argentina, que se ubica en el podio como exportadora de peras del Hemisferio Sur, y la quinta en manzanas a nivel mundial, posee 50.000 hectáreas implantadas con frutales. El 85 por ciento está en Río Negro y el 15 restante en Neuquén. Algo más de cuatro mil productores, 260 establecimientos de acondicionamiento y empaque, 220 establecimientos frigoríficos, y once firmas que elaboran jugo concentrado conforman la estructura en la región norpatagónica. En el último tiempo, la sangría económica estimula el incesable crecimiento de grandes empresas que, de a poco, ocupan el rol de pequeños y medianos productores en décadas pasadas. A eso se suma la mudanza de Expofrut (principal exportadora del país) al Valle medio que todavía estimula un sismo laboral contenido a medias mientras, en la región, avanza a paso firme la expansión de multinacionales.
El reclamo en la Plaza de Mayo en 2016 reproduce a la perfección la Crisis Frutícola que supo inclinar la balanza en la elección a gobernador que perdió Miguel Ángel Pichetto (N de R: el experimentado dirigente peronista acusó otra 125). Desde entonces, se habla de etapas de financiamiento, calidad, sanidad y capital de trabajo como objetivos a corto plazo en tiempos de refuerzo que implanta la teoría de una política “exportadora” más rentable.
“La temporada tiene números realmente malos. Hay falta de rentabilidad y descomposición de capital de trabajo. Se sumaron más hectáreas acéfalas de tareas culturales. La pérdida de puestos de trabajo y recursos para la región es alta”, advierte Jorge Figueroa, quien terminará su mandato el 29 de enero en la Federación de Productores de Río Negro y Neuquén. Experto en negociaciones con las provincias, y el Estado nacional, Figueroa diagrama un nuevo planteo ante el inminente reclamo de “fuertes pérdidas” que tiene el sector. “No hay sustentabilidad del sistema ni señales del gobierno nacional en lo macroeconómico respecto a la presión impositiva”, comenta. A nivel internacional, según describe la Cámara Argentina de Fruticultores Integrados (Cafi), el Valle es el principal proveedor de peras frescas.
Alberto Diomedi, actual secretario de Fruticultura rionegrino, es el vocero del plan que tiene en carpeta el equipo del presidente Mauricio Macri. Destinado a modernizar el proceso, uno de los objetivos centrales es la reducción de costos en el empaque y el desarrollo de nuevas formas de asociaciones de los productores. El proyecto oficial analiza punto por punto la cadena de la fruta para que la histórica actividad renueve su atractivo. Los números que otorga la provincia de Río Negro indican que por hectárea sembrada el país produce 34 toneladas de manzanas, Sudáfrica 57 toneladas y Chile 59. Ese saldo negativo apura a los mandatarios provinciales a que todos los pilares económicos (productores, empresas y sindicatos) se adecúen al bosquejo que impulsan para volver a presentarlo ante autoridades nacionales.
VARIABLE. Diferentes variables como indicadores grafican la baja productividad que lleva a una crisis laboral, efímera inversión y bajos niveles de cosecha (N de R: se resalta presión impositiva, costos altísimos en dólares, poca competitividad y perdida de capital) expuestos en el lustro pasado. Según datos brindados desde la dependencia de Fruticultura a los que tuvo acceso Letra P, el mundo aumenta la demanda de frutas en un 25 por ciento al mismo tiempo que Argentina pierde en un 60 por ciento su volumen exportable justo cuando los sudafricanos incrementaron en igual nivel exportaciones. “Tenemos que trabajar y afianzar lo que tenemos hoy. La calidad de nuestra fruta se paga y quiere en el mundo”, dice Diomedi en diálogo con Letra P.
La negociación paritaria de los sindicatos no tiene resultados positivos. El gremio de la Fruta, a cargo de un aliado a Weretilneck como el diputado (del bloque Juntos Somos Río Negro) Rubén López, amenaza con reclamos que podría generar más dolores de cabeza. "La crisis no la vamos a pagar los trabajadores", repite López en cada uno de los encuentros que se llevan adelante en la sede del Ministerio de Trabajo nacional en General Roca.
“Los productores están desfinanciados, con fuertes pérdidas. No hay sustentabilidad del sistema ni señales del gobierno nacional en lo macroeconómico respecto a la presión impositiva. Hay que pensar en cambios que nos permitan competir mano a mano con el resto del mundo”. La frase de Figueroa marca que las expectativas no son las mejores.