No todos unidos

CGT: una unificación con cabos sueltos condiciona el poder de fuego

El triunvirato fue consagrado en un congreso con legitimidad cuestionada. Los que no fueron y los que no se quedaron. El reclamo de mayor combatividad y un problema: el Gobierno dialoga y paga.

Si es cierto, como plantea la creencia popular, que la unión hace la fuerza, los titulares de la nueva CGT, el transportista Juan Carlos Schmid, Héctor Daer, de Sanidad, y Carlos Acuña, del gremio de estacioneros, pueden sentirse realizados. O quizás no tanto.

 

El objetivo de la conducción colegiada es una realidad al fin, después de muchos meses de idas, vueltas y negociaciones de toda especie en el marco de un proceso que tuvo su puntapié inicial en febrero de 2015 y celebró este lunes su acto central en el porteño estadio del club Obras Sanitarias. Pero la misma razón que tienen para estar felices encierra un costado que plantea, al menos, una incógnita a futuro si se toma como referencia el rumbo político, social y económico al que parece encaminarse inexorablemente el gobierno de la alianza Cambiemos. 

 

Los  dirigentes que oficiaron de congresales en Obras Sanitarias cumplieron con los pasos de rigor. Primero, en un congreso extraordinario, votaron la moción que propuso modificar los artículos del estatuto que impedían la conducción tripartita; después, en el Congreso Ordinario, votaron a los candidatos cantados de antemano: uno por la CGT que encabezaba el metalúrgico Antonio Caló; otro identificado con el moyanismo y el tercero, un "luisito", como suelen llamar en el off the record y con alguna picardía a los partidarios del gastronómico Luis Barrionuevo

 

Además de las tres secretarías generales, el consejo directivo de la CGT estará conformado por 34 secretarios y diez vocales que se repartieron a discreción los dirigentes de las tres centrales ahora extintas.

 

El Congreso defendió su legitimidad con datos que hizo circular a través de los medios. En el acto de Obras Sanitarias, informó, se reunieron 1.582 congresales representativos de 124 organizaciones gremiales de todo el país.  Pero los que se quedaron afuera, es decir el Movimiento de Acción Sindical (MASA), la Corriente Sindical Federal y los gremios cercanos al dirigente rural Gerónimo "El Momo" Venegas desconocen su legitimidad, agitan otras cantidades y acusan al triunvirato recién nacido de ser fruto de una serie de poderes que se resisten a dejar sus lugares de influencia. En pocas palabras, un rechazo a la continuidad indirecta de Moyano, Caló y, en menor medida, de Barrionuevo.

 

El titular de la Unión Ferroviaria (UF), Sergio Sasia, dio cuenta de ese descontento en diálogo con Letra P. "Perdimos una oportunidad histórica", dijo. El malestar de Sasia puede ser personal (era el candidato que impulsaba el MASA, un espacio que nuclea a gremios de peso como el SMATA y Luz y Fuerza, entre otros), pero el ferroviario asegura que la razón es que la CGT reunificada "no tiene un proyecto ni un programa, ni una agenda clara", lo que, de movida, limitaría sus posibilidades de condicionar el poder del Gobierno nacional. 

 

La legitimidad es un déficit desde la génesis, razonó el transportista. "En la CGT faltan muchos sindicatos y, para colmo, otros se fueron del congreso normalizador", planteó pocas horas después de la oficialización del triunvirato. Y siguió: "Dicen que hubo 1.500 congresales pero no sé cómo se contabilizaron. Tampoco sabemos si estuvieron en condiciones de estar en el congreso. No estuvo Luz y Fuerza, no estuvo el SMATA, no estuvieron los petroleros, faltó la Unión Ferroviaria, los telefónicos", enumeró el ex candidato. De acuerdo Sasia, al MASA adhieren 50 sindicatos, un número que, "junto con los que convoca Venegas y los que se encolumnaron con (Daniel) Palazzo, da una cantidad a la que no se le puede dar la espalda. Hoy se cambió el tablero sindical argentino y la debilidad que tenga o no es algo que se va demostrar con el tiempo", afirmó.

 

Pese a la disconformidad, el MASA aclaró que no piensa abandonar la CGT sino que simplemente decidió, en forma similar a la Corriente Sindical Federal, no ocupar lugares dentro del consejo directivo de la entidad reunificada. En ese orden, Sasia remarcó que, si el triunvirato conductor define avanzar con medidas de fuerza como un paro, "lo vamos a apoyar, pero también es necesario que se conozca nuestro proyecto", indicó el titular de la UF, quien agregó: "El diálogo es fundamental, pero, si se agotan las instancias de negociación, el movimiento obrero tiene que implementar las  herramientas de la movilización y el paro".

 

La mención al diálogo no es casual. Es una de las palabras que más repitieron en los últimos meses los flamantes secretarios generales y los que acaban de dejar sus lugares de conducción. Y tiene sentido. En ese espacio de negociación, el Gobierno le devolvió a la CGT $2.700 millones a cuenta de los 29.000 millones de pesos del Fondo Solidario de Redistribución que el Estado le adeuda a las obras sociales. En el mundo gremial, especialmente entre los que este lunes decidieron no ocupar lugares en el consejo directivo de la CGT, son muchos los que piensan que el triunvirato nace condicionado por la decisión (al menos aparente) del Gobierno de empezar a devolver esos fondos, largamente ansiados por la dirigencia sindical.   

 

A diferencia del MASA, que no termina de decir en términos concretos cuáles son los lineamientos que impulsa su mentado programa, la Corriente Sindical se propone como la opción combativa con el paro nacional a la cabeza de sus reclamos de cara a la sociedad. Este espacio sí asistió al congreso e intervino por medio de Palazzo. El dirigente bancario lamentó la falta de un acuerdo y rechazó los cargos ofrecidos dentro del consejo directivo. Las diferencias que impidieron la adhesión, argumentó, tienen que ver con "el armado y la estructura" del triunvirato. No obstante, Palazzo dejó en claro que su posicionamiento no coincide con el de Venegas, quien, además de no ir a Obras, impugnó la asamblea sindical ante el Ministerio de Trabajo: "Impugnar el congreso de los trabajadores es para que el macrismo se regodee", espetó el bancario. 

 

La decisión de Venegas parece haber sido la peor determinación de todas. La actitud del dirigente de los peones y estibadores se leyó en clave de repudio desde todos los ángulos que consultó este medio. Uno de los sindicatos que finalmente integra el consejo directivo renovado fue especialmente contundente: "Somos muy críticos respecto de Venegas tanto por la impugnación como por el reclamo de un secretario general único, que en realidad ocultaba su ambición de ser él mismo ese secretario general".

 

"Venegas -agregó la fuente- representa al macrismo dentro de la CGT. Si quiere estar afuera que esté. La posición de la CGT se va a ir endureciendo si esto no cambia y Venegas, en ese escenario, no se va a sentir muy cómodo" dentro de la central obrera. En los pasillos de Obras Sanitarias se especuló incluso con que la posición del titular de la UATRE fue sencillamente una operación que le sirvió para ratificar su alianza con el Gobierno.

 

Desde el triunvirato, a su vez hubo, críticas para el MASA. "No se entiende mucho por qué no fueron pero sospechamos que las razones son políticas, quizás por las diferencias que existen entre Moyano y (el titular del Sindicato de Peones de Taxis, Omar) Viviani. De todos modos, minimizaron las fuentes, "son diez o doce, hay algunos importantes como el SMATA o Luz y Fuerza, pero hubo muchas negociaciones hasta el viernes", dispararon.

 

Al margen de las diferencias, los voceros destacaron que estrategia de la nueva conducción es forzar que el Gobierno traccione políticas favorables a los sectores asalariados, que convoque al diálogo y que dé respuestas a las demandas de la entidad gremial reunificada. En sintonía con los discursos de los nuevos secretarios generales desde los gremios que integran el consejo directivo subrayan que "el escenario del paro inmediato como pidió Palazzo no está pero no descartamos que puede haber medidas de fuerza de acá a dos meses. Nadie le va a hacer un paro al gobierno a dos días de unificar la CGT. Se van a agotar los recursos pero medidas todavía no".

 

Unidades con tanta turbulencia desde el vamos dan al menos que pensar. Por lo pronto, en la agenda inmediata hay muchas probabilidades de que se convoque a una reunión de consejo directivo esta semana. Al cierre de esta nota la reunión no tenía todavía día ni horario.

 

Juan Martín Mena, ministro de Justicia de la provincia de Buenos Aires.
El dirigente radical Gabriel Abrile logró que su alfil, Daniel Frangie, sea el nuevo defensor del Pueblo de Río Cuarto.

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