El intendente de Mar del Plata, Carlos Fernando Arroyo, presentó un centro de operaciones de la policía y confirmó el arribo de fuerzas federales al municipio para combatir la inseguridad. En medio de la conferencia de prensa anheló que el vecino vuelva a ser “el vecino feliz de hace 40 años, que podía caminar por la calle con tranquilidad e ir a cualquier lugar. Queremos terminar con el malviviente”. Hace cuatro décadas, en 1976, el país empezaba a transitar la dictadura cívico militar más sangrienta de la historia.
“Le diría a los delincuentes que vayan pensando en irse. Queremos lograr que el vecino de Mar del Plata vuelva a ser el vecino feliz de hace 40 años, que podía caminar por la calle con tranquilidad e ir a cualquier lugar. Queremos terminar con el malviviente”, soltó este viernes el intendente de la localidad balnearia.
Arroyo dijo llegarán fuerzas federales al municipio para acabar con la inseguridad y la delincuencia.
“El delito es la consecuencia final de una cantidad enorme de estructuras previas que no fueron resueltas, empezando por la educación, la falta de vivienda, la falta de trabajo. Pero lo bueno acá, vuelvo a reiterarlo, es el grupo de trabajo que hemos formado. Me ocupé de hablar con las fuerzas federales para lograrlo, con las que tengo una excelente relación”, dijo.
Según informó el sitio 0223, Arroyo contó que Mar del Plata será uno de los distritos “con mayor cantidad de fuerzas”.
No es la primera vez que el intendente realiza declaraciones polémicas. En 2001, durante el gobierno de Fernando De la Rúa, Arroyo participó de la campaña de su caramada carapintada Gustavo Breide Obeid. Allí amenazó a los dirigentes de la UCR. Durante un acto del Partido Popular de la Reconstrucción en el que reclamaba la libertad -y reivindicaba su figura- del responsable del levantamiento contra la democracia Mohamed Ali Seineldin, advirtió: "Tiemblen radicales, porque se les acabó la joda".
Hoy Arroyo integra un frente de gobierno (Cambiemos) y comanda los hilos del municipio con dirigentes de la propia Unión Cívica Radical y el PRO. Todavía no renunció a la polémica y la provocación.