La reunión de gabinete bonaerense itinerante que se realiza semana de por medio, desde la asunción de María Eugenia Vidal como gobernadora, en diversos puntos de la provincia, esta vez se desarrollará en Quilmes, un distrito amarillo que viene acumulando una seguidilla de conflictos de gestión desde el inicio de la administración municipal de Martiniano Molina, quien recibe así un gesto de acompañamiento y contención de parte de la tropa bonaerense del espacio que integra.
Manifestando preocupación desde el arranque por la herencia recibida y, a posteriori, por el presupuesto “muy acotado” para atender las demandas de la Comuna, el intendente quilmeño se vio envuelto en controversias políticas que fueron desde la polémica suscitada por un supuesto “autoincremento” salarial posteriormente desmentido, hasta una escalada de renuncias de parte de su gabinete.
Asimismo, desde la seccional local de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) lo acusaron de “discriminación” por pactar un aumento salarial con un solo gremio representativo de los empleados municipales. Éstas y otras controversias, en sólo tres meses.
Bajo este escenario, y luego de una reciente visita de legisladores de Cambiemos al distrito, Vidal decidió realizar en Quilmes su reunión de gabinete, programada para las 8.30, dando así señales de respaldo que el cocinero espera que se materialicen en inyección de mayores recursos desde el Estado bonaerense para calmar así las aguas locales, algunas de ellas en punto de hervor.