Dentro del mapa político que maneja el presidente Mauricio Macri para regular la relación con el peronismo, la inmensidad electoral de la provincia de Buenos Aires tiene un contexto diferente, quizás concentrado en moderar la posible espectacularidad de las fotos que se sacó esta semana la gobernadora María Eugenia Vidal en José C. Paz, junto el ex presidente interino Eduardo Duhalde y a los intendentes de la localidad anfitriona, Mario Ishiii, y de Ezeiza, Alejandro Granados; además de los ex titulares comunales de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino; Pilar, Humberto Zúccaro, y San Miguel, el ex militar carapintada Aldo Rico, que este año llegó a desfilar con uniforme en la parada castrense del 9 de Julio en Tucumán.
El acto de inauguración que eligió Vidal para mostrarse con el sector más ortodoxo del PJ bonaerense no generó ninguna sorpresa en la Casa Rosada, ni siquiera en el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y tampoco en los integrantes de Cambiemos que, hasta hace poco, se resistían con inquina a cualquier acercamiento parecido al que blanqueó Emilio Monzó, el presidente de la Cámara de Diputados, de origen peronista, que habló de "invitar al poder" a dirigentes de los distintos sectores que pujan dentro de un peronismo dividido. El titular de la Cámara baja, ex ministro de Daniel Scioli y bonaerense de origen, fue extirpado del armado electoral de la Provincia, que ahora está en manos de Vidal, ungida como titular distrital del PRO. Al parecer, la hoja de ruta que armó La Plata para inaugurar el inminente año electoral contará con una serie de acercamientos parecidos a los que dijo Monzó, pero sin su intervención ni su presencia. Por ahora, tampoco será para armar listas ni para porotear candidaturas, pero sí para que Cambiemos capitalice las relaciones que ha prodigado con intendentes y gobernadores de distintos puntos del país al calor de las negociaciones prespuestarias y de gestión en cada caso.
A pesar de las advertencias del asesor presidencial y electoral Jaime Durán Barba y de las argumentaciones de Peña y el radicalismo en contra, las primeras prevenciones electorales del oficialismo buscarán tejer acuerdos políticos con el sector del PJ que este año "garantizó y acompañó la gobernabilidad del Presidente y de Vidal", justificó un funcionario de la Casa Rosada ante las consultas de Letra P.
"No creo que eso se vaya cristalizando en una alianza electoral. Hay que ver qué ofertas electorales va a tener el peronismo y, en base a eso, se analizará si vamos a sumarlos o si van a acompañar desde donde están sin perder su identidad. Ahí juegan varios factores en los que nosotros estamos abiertos y dispuestos a avanzar", explicaron desde las oficinas del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, pero con la cautela de disipar internas. "Ni Peña ni Frigerio ni Monzó tienen una cultura de cerrarse, sino de tener todos los canales de diálogo abiertos y estar al acecho", atajó la fuente.
Las coincidencias presupuestarias y de gestión que el macrismo tejió con intendentes y gobernadores peronistas en base a la necesidad financiera de cada distrito será un reaseguro político que Cambiemos ahora intentará capitalizar, pero de acuerdo a la evolución de la división del peronismo entre el massismo, el kirchnerismo y los sectores más ortodoxos que son motorizados en tierra bonaerense por Duhalde, cada vez más auspiciado y apoyado por el macrismo.
"Nosotros no le ponemos nombres a la ampliación de Cambiemos. Lo que planteó Frigerio y en forma distinta Monzó es que desde el poder tenemos que ser lo mas generosos y amplios posible y sobre todo tratar de entablar un dialogo más político, mas allá de lo institucional. Puede tener un correlato tal vez en un futuro con más intendentes peronistas dentro de Cambiemos. Claramente hay un grupo de jefes comunales que tienen en un buen dialogo con nosotros, como Bali Bucca, tipos de palabra que cumplen lo que dicen", eligió otro funcionario de Balcarse 50 sobre la foto que protagonizó Vidal y que tuvo a varios mandatarios comunales, salvo Bucca, intendente de Bolívar. La ausencia tuvo una razón de peso, porque el pretexto que eligió Vidal para la foto fue la inauguración de dos guardias de 24 horas, llamados "Hospital de Emergencias", que brindarán atención en la profundidad pobre y postergada de la primera sección electoral.
"Esto va en sintonía con los gobernadores que jugaron muy bien todo el año. Hay una estrategia común, pero María Eugenia tiene más espacio para ir avanzando, como hizo con (el ex massista intendente de San Miguel, hoy ministro de Gobierno bonaerense, Joaquín) De La Torre y con el intendente de Castelli Francisco Echarren, que ahora es parte del Ejecutivo" como subsecretario de Vivienda, Tierra y Hábitat, retrató el funcionario consultado para negar que existan fisuras dentro del Gobierno sobre los gestos de Vidal.
El nuevo padrón de gobernadores peronistas que reivindica el Gobierno está encabezado por el mandatario cordobés Juan Schiaretti y su colega salteño, Juan Manuel Urtubey, pero incluye a más de una decena de gobiernos provinciales con distintos posicionamientos en el PJ.
Poco antes de responder a las consultas, la fuente venía de festejar la foto del presidente Macri con los representantes de la CGT para brindar por el fin de año y terminar de curar las heridas durante el debate de la reforma a la ley del Impuesto a las Ganancias. Lejos de las especulaciones electorales, el encuentro también forma parte de los distintos frentes que administra Cambiemos para sostener la contención del peronismo y preservar la estrategia de mantenerlo dividido, en un previsible aprovechamiento de los errores cometidos en los últimos años por cada una de las partes de un todo que concluye 2016 con un sector dispuesto a pintarse de amarillo, a cualquier precio y amparado en la foto que protagonizó Macri hace un año, cuando transitaba los últimos días de su segundo mandato como alcalde porteño. Por entonces, inauguró el primer monumento a Juan Domingo Perón en la Ciudad de Buenos Aires. A su lado estaban el líder camionero, Hugo Moyano; el titular del gremio de peones rurales, Gerónimo Venegas; el entonces vice primero de la Legislatura, Cristian Ritondo; su mentor y ex jefe político Duhalde y Vidal, en aquellos días vicejefa porteña saliente. Un año después, el único que está afuera de ese tejido originario es Moyano, mientras que Ritondo es ministro de Seguridad de la gobernación de Vidal. Venegas ya forma parte de la pata macrista de la CGT y espera ser nombrado candidato bajo el auspicio de Duhalde, que también aguarda "al acecho".