Crisis en la Feliz

Mar del Plata: mil millones de pesos, el salvataje de Macri y Vidal para Arroyo en 2017

La gobernadora envía a su ministro de Gobierno, Joaquín De la Torre, a que monitoree de cerca una gestión que el intendente de Cambiemos nunca pudo encauzar.

A pocos días de terminar el año y del comienzo de las vacaciones en la costa atlántica, las miradas de los gobiernos nacional y provincial están posadas sobre Mar del Plata, conscientes de la profunda crisis política y económica que atraviesa el intendente, Carlos Arroyo. El flamante ministro de Gobierno bonaerense, Joaquín De la Torre, es el enviado especial para hacerle marca personal a un jefe comunal que nunca pudo encauzar su gestión y que, a modo de salvataje oficial, recibirá para 2017 una suma que ronda los mil millones de pesos por parte de Mauricio Macri y María Eugenia Vidal, según le dijeron a Letra P.

 

Una de las misiones que ya empezó a ejecutar quien reemplazó a Federico Salvai en el Gabinete es la de viajar y entablar un diálogo directo con intendentes. Por esto es que De la Torre tiene una agenda cargada para los próximos días, apuntada a un único destino: se instalará en Mar del Plata entre jueves y lunes para monitorear en primera persona todo lo que está pasando en ese punto clave de la provincia de Buenos Aires, sobre todo teniendo en cuenta la época del año y las próximas semanas, en donde se apunta a salvar una temporada de verano que no pinta de la mejor manera.

 

"Estamos sobre Arroyo, nos preocupa mucho Mar del Plata", reconocen cercanos a Vidal. Y la gobernadora le pregunta constantemente al ex titular de Producción y ex intendente de San Miguel cómo viene la mano con la tarea especial que le encomendó. Tal es la atención que quiere poner en la Feliz, que en los últimos días tuvo que anotarse un detalle que -se dio cuenta- es clave a la hora de tratar a un intendente que tiene una imagen de hombre de pocas pulgas: "No le gusta que le digan Carlos, quiere que le digan Fernando", fue el consejo que recibió Vidal. De ahora en más, entonces, Arroyo pasa a ser Fernando.

 

Y a Fernando, el gobierno provincial lo tiene bajo la lupa desde principios de año. Más en septiembre, cuando por segundo mes consecutivo los municipales marplatenses cobraron en forma desdoblada sus respectivos sueldos. "Vamos a exigirle un plan de trabajo para que aumente la recaudación", le decía a Letra P una alta fuente de Gobernación en pleno conflicto. "Hubo muy pocos meses en donde tuvieron superávit; el resto gastaron más de lo que recaudaron", reaccionó también, furioso, un funcionario de Vidal, al enterarse que nuevamente Arroyo disponía el pago desdoblado de sus trabajadores porque no tenía plata. "No podemos estar todos los meses exclusivamente atrás de Mar del Plata; los ayudamos como a cualquier otro municipio, pero tienen que empezar a modificar las cosas", reprochaban en calle 6.

 

Casi tres meses después, esa molestia se transformó en una tarea que es casi prioridad. De la Torre es el enviado casi exclusivo de Provincia para hablar de cerca con Arroyo y claro, auxiliarlo.

 

“La recaudación del municipio cayó por la crisis que vive el país y por la paranoia que generó en la gente el tarifazo", intentó describir la realidad de su municipio Arroyo, en aquel momento, apuntando contra el gobierno nacional. Inmediatamente hizo una salvedad y piropeó a Vidal: “Es una mujer muy inteligente, demostró que tiene una enorme capacidad de gestión", aclaró.

 

El clima en Mar del Plata, sobre todo pensando en las vacaciones de verano, está caliente. "En relación al balance de la gestión de Arroyo, creemos que hubo un año perdido y esperamos que sea el último año perdido. Ha recibido mucho apoyo del gobierno nacional y provincial, pero sin embargo Mar del Plata ha dado en muchas cuestiones un paso para atrás: financieramente, al contrario de lo que se planteó en la campaña, se han reducido muchísimos servicios, se han dejado de prestar servicios en salud, educación, cultura y deportes; la ciudad no está más limpia ni más ordenada, y se ha agravado el índice de desocupación", es el balance que hizo la concejal de Acción Marplatense, Claudia Rodríguez, en diálogo con este portal. "No se avizora una temporada muy buena", agregó.

 

"Hay una preocupación muy grande. Yo hablo prácticamente a diario con Gabriela (Magnoler), que es la nueva responsable de Turismo, que a veces me pregunta si puedo hablar con Joaquín (De la Torre) y yo le digo que sí, que lo llame directamente, no es necesario que lo haga por intermedio mío. Tiene una oportunidad muy importante: Mar del Plata es prioridad para Nación y el ministro Gustavo Santos, quienes van a solventar un muy buen plan turístico para esa ciudad, para el mediano y largo plazo, junto con universidades y una consultora importante. En algunos aspectos está medio quedada en el tiempo", le decía por su parte semanas atrás, también a este medio, el subsecretario de Turismo bonaerense, Ignacio Crotto.

 

Así las cosas, la gestión sobrevive en el día a día exclusivamente por la ayuda de Nación y Provincia, y los planes son idénticos para el año que viene. Entre ambas administraciones van a aportar cerca de mil millones de pesos en un plan de salvataje para intentar ordenar una ciudad más que importante, sobre todo en el marco de un año electoral.

 

"En los primeros seis meses el secretario de Hacienda ha cometido graves errores, aumentó desmesuradamente la tasa de servicios urbanos con un impacto económico terrible para los bolsillos de los marplatenses que no pudieron afrontar, y bajó la cobrabilidad", explicó además Rodríguez y criticó: "La ciudad no se ha promocionado en ningún punto del interior de la Argentina para que venga la gente a vacacionar. Salvo el sector privado que sí ha hecho grandes esfuerzos de mejorar los servicios gastronómicos, hoteleros, el puerto, vemos cómo se ha perdido todo el año. El intendente no tuvo en cuenta que la administración de una ciudad tan grande requiere de mucha planificación, de elaboración de políticas públicas".

 

Por último, comentó por dónde pasa la discusión en estos días: "en el presupuesto que se está tratando para 2017 vemos que están con un déficit muy superior al que dicen que nosotros les dejamos. Pagaron muchas veces con giros en descubierto y esos intereses fueron terribles; tienen su propia deuda, por eso recibe mucha ayuda de los gobiernos. Cuando un municipio lo único que tiene para anunciar a fin de mes es que va a poder pagar los sueldos, estamos viendo que tienen por lo menos algunas políticas publicas que no se están desarrollando".

 

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