El martes pasado el oficialismo santafesino presentó un proyecto de ley para la implementación del sistema de “Boleta Única Digital”. Se trata de un sistema que no sería exactamente igual al de boleta electrónica que actualmente rige en la provincia de Salta y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ya que no incorpora el uso de chips ni registro computarizado en las centrales de voto.
“Al elector le entregan una boleta para que vote y, en lugar de un chip, proponemos que se imprima un código QR. Ese código no tiene ninguna posibilidad de ser vulnerado”, dijo a Letra P el impulsor del proyecto, el diputado provincial Eduardo Di Pollina. “La idea es que el elector pueda optar por elegir por categoría o por lista completa, es muy novedoso”, sostuvo el legislador.
Según el proyecto de ley, la central para emitir el voto contará con una pantalla táctil que no se encuentra en red ni almacena datos de ninguna naturaleza, sino que se limita a imprimir el voto en una boleta junto al código QR. A la hora del recuento, otro dispositivo contabiliza los votos, los transmite al Centro de Cómputos e imprime un número de planillas equivalente a la cantidad de fiscales, para que cada uno pueda hacerse con una.
“Esto va a permitir mayor celeridad y mayor control institucional a la hora del recuento”, expresó Di Pollina, y agregó: “estamos proponiendo algo superador al voto electrónico y la boleta única”. La última elección en Santa Fe demostró las dificultades que tiene el sistema de boleta única a la hora del recuento, que se desarrolló con mucha lentitud.
Pero, al parecer, no todos en el Frente Progresista Cívico y Social acuerdan con esta medida. En declaraciones al diario La Capital de Rosario, el concejal Carlos Comi sostuvo que la norma “no fue discutida” en el seno del espacio y calificó el proyecto de Di Pollina como “una boleta sábana tecnológica”.
“Es un debate que atrasa, la boleta única no está en cuestión”, se defendió Di Pollina, y sostuvo que la elaboración del proyecto se hizo con el conocimiento del gobernador electo Miguel Lifschitz y también de Antonio Bonfatti. Además, defendió la “transparencia y eficiencia” de su propuesta, aunque también sostuvo que, al tratarse de una modificación al sistema electoral, es algo “muy opinable” y donde se ponen de manifiesto “distintos intereses, desde personales hasta de partidos mayoritarios y minoritarios”, lo que excede los aspectos técnicos.
Por otra parte, el legislador diferenció su propuesta de la del voto electrónico que rige en Salta y en Capital Federal: “Hay una gran tendencia en todos lados de que con el voto electrónico se le delega a empresas privadas comerciales. Nosotros de ninguna manera establecemos eso. Es una potestad indelegable del Estado, que debe ser quien elabore y garantice el funcionamiento de esta propuesta. La soberanía política no está en discusión”.
Di Pollina admitió que el trámite parlamentario de la norma será largo por la magnitud del proyecto, pero se mostró optimista. Por el momento, el primer obstáculo a sortear parece ser el del acuerdo hacia adentro del propio Frente Progresista.