Este lunes por la tarde el vicepresidente 1° de la Legislatura porteña, el macrista Cristian Ritondo, firmó un decreto que estira hasta el miércoles 23 de septiembre a las 18 horas la fecha límite para la presentación de candidatos a los distintos organismos autónomos que, a fin de año, renuevan autoridades y miembros.
La situación no llamaría la atención si no fuese la segunda vez en 18 días que se inicia el mismo trámite parlamentario, bajo el cual Ritondo les comunica a los jefes de los distintos bloques políticos del Deliberativo que deberán aguardar más tiempo para presentar a los postulantes para la Auditoría General de la Ciudad (AGC), el Consejo de la Magistratura, el Consejo de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes y el Consejo de Plan Urbano Ambiental (COPUA).
El viernes 28 de agosto los presidentes de las bancadas del recinto porteño se encontraron con una misiva interna que contenía el decreto que explicaba que habría tiempo hasta el 15 de septiembre. Este lunes por la tarde recibieron la misma información, aunque confirmando que el plazo fue estirado para el miércoles de la semana siguiente.
Cuando se prorrogó el plazo por primera vez en el PRO le bajaron el tono a la cuestión y explicaron que es “normal” que se amplíen los plazos y que “siempre se hace”, tal como ocurrió a fines del año 2011.
El detrás de fondo vuelve a ser el mismo: la riña interna en el PRO por los espacios que quedarán libres en la Magistratura y en la AGC. No obstante, ahora, a diferencia de hace quince días, el mismo problema sucede en el Frente para la Victoria y en el frente ECO.
Hace unas semanas, el macrismo se preparaba para cerrar los acuerdos con el kirchnerismo y dejar como socio minoritario del reparto de cargos al grupo de legisladores que respaldó a Martín Lousteau en las elecciones locales. Actualmente sigue la misma idea, pero en el partido amarillo no contaban con que la situación se iba a desmadrar internamente en las tres fuerzas políticas.
El PRO planea poner dos candidatos en la Magistratura y cuatro en la Auditoría. El asiento restante en el órgano que controla a los jueces está reservado para el kirchnerismo y, los tres que faltan para la AGC, serían dos para el FpV y uno para ECO.
Esta disposición no sería el inconveniente que, por ahora, está paralizando el trámite de presentación de candidatos, que sigue con una instancia de audiencia pública y luego con la aprobación de los pliegos mediante el voto de 40 legisladores. El problema reside en la falta de consenso interno de cada espacio acerca de los hombres y mujeres que integrarán en el futuro los espacios en los organismos en juego.
En el PRO, la riña pasa centralmente por la histórica disputa de poder entre dos sectores que, a su modo, batallan por controlar la Justicia local: el grupo de Daniel “El Tano” Angelici y el amigo de Mauricio Macri del colegio Cardenal Newman y apoderado del PRO, José Torello.
Para la Magistratura, el primer sector postula al diputado Enzo Luis Pagani y los abogados agrupados en la línea histórica del partido amarillo – denominada CPC- apuestan por la vuelta de Mauricio Devoto al edificio ubicado en la calle Diagonal Sur. La senadora nacional Gabriela Michetti pelea por un lugar en la Magistratura para el legislador Oscar Moscariello, que en diciembre deberá abandonar el edificio de Perú 160 y podría desembarcar también en la Auditoría.
El macrismo tropieza con la misma piedra desde el mes de agosto. Ninguno de los sectores quiere presentar una postulante femenina y eso complica la ecuación del reparto. Al haber tres bancas en juego para el Consejo, por cuestiones de cupo, al menos una debe ser para una mujer. Y como el kirchnerismo ya cerró filas en torno al camporista Mauro Riano, el PRO está obligado a incluir una mujer entre sus dos aspirantes.
Para la AGC, por el lado amarillo, suena la legisladora María Raquel Herrero, del riñón de Angelici, y María Victoria Marcó, del sector de CPC, renovaría su mandato. También, el diputado Christian “El chuequito” Bauab y el propio Moscariello.
El Frente para la Victoria atraviesa un problema inesperado días atrás. Al tener el apoyo del titular del Consejo de la Magistratura, Juan Manuel Olmos, y del diputado nacional Juan Cabandié, nadie se atreve a cuestionar la postulación de Riano al Consejo.
En cambio, la lucha de las distintas tribus K por la Auditoría es alta. Principalmente porque con el esquema que sueña el PRO (cuatro auditores oficialistas y tres opositores), el kirchnerismo pasaría de tener tres auditores a tener dos; es decir, perdería un asiento en este organismo de control.
En el edificio de Avenida Corrientes nadie duda que la presidenta del organismo, Cecilia Segura Rattagan, renovará su banca y continuará como titular. Según pudo saber este portal, en momentos en que se especulaba con la vuelta de Eduardo Epzsteyn a la Legislatura, cuando Susana “La Tana” Rinaldi renunció a su banca, el ex diputado acordó con Cabandié no asumir para renovar a fin de año en la Auditoría.
También asoman como candidatos auditores el secretario de Empleo nacional, Matías Barroetaveña, con el apoyo del ministro Carlos Tomada; la diputada Claudia Neira, respaldada por Juan Cabandié; y el sindicalista de UPCN Hugo Vázquez, respaldado por Andrés Rodríguez. Es decir, cinco nombres para, si se mantiene la negociación en la que se trabaja ahora, sólo dos lugares.
El consenso tampoco existe por estas horas en el frente ECO, en donde se planeaba encontrar un candidato para la Auditoría que satisfaga a todas las expresiones pero ya nadie cree en esa posibilidad. “Hay muy poco lugar para distribuir”, se lamentó ante Letra P un diputado que ingresará al Parlamento el 10 de diciembre.
Cuando el frente se constituyó, se acordó que la fuerza con mayor representación en el recinto elige primero y ubica a su candidato para los distintos organismos, luego la segunda y así sucesivamente. Se trata de un consenso equilibrado pero que no se ajusta al contexto de la Legislatura actual, en donde el PRO tiene en mente marginar a ECO de los acuerdos de fin de año y en donde los diputados de la coalición de centroizquierda no pueden cerrar filas en torno a un nombre para común.
Esto podría hacerse, por ejemplo, en la Auditoría, en donde la Coalición Cívica tiene a Facundo Del Gaiso y está en condiciones de reclamar ese espacio para ECO. Sin embargo, los radicales, los “lilitos”, los socialistas y Graciela Ocaña quieren impulsar un candidato propio.
Así las cosas, de no haber consenso, todos descuentan que Martín Lousteau elegirá a dedo al candidato para la AGC. A pesar de que algunos dirigentes de ECO planean “exigirle” al PRO ser parte del acuerdo por la Magistratura, el oficialismo porteño no cedería.
En ECO creen que, como serán segunda fuerza con el recambio legislativo, el macrismo debería negociar con ellos la mayor cantidad de cargos en juego y dejar de lado al kirchnerismo. A priori, esa posibilidad, que en realidad es un deseo, parecería lejana, ya que en anteriores repartos entre macristas y kirchneristas se entendieron a la perfección. “Son más verticales”, repiten los diputados del PRO para justificar su predilección por el FpV ante el empantanado terreno de las negociaciones políticas.