Los armadores de Mauricio Macri le bajan el tono a las señales que envían todo el tiempo desde el Frente Renovador para que se cree una enorme alianza opositora que le haga fuerza al poder del Partido Justicialista, que de a poco recupera a históricos caudillos del conurbano para seguir blindando la provincia de Buenos Aires por otros cuatro años.
Es que los gestos, y declaraciones casi desesperadas para ir a las PASO unidos, provocaron a diferentes referentes del PRO a bajarle el tono a esa idea. En diálogo con Letra P, María Eugenia Vidal opinó como todos los “porteños”. “Respetamos lo que el Frente Renovador hizo y en su momento apoyamos la decisión de Massa de presentarse en la provincia para frenar la re-reelección de la Presidenta, pero desde hace mucho tiempo tomamos caminos distintos”, comentaba la vicejefa de Gobierno.
La postura que les dio puntos en común hace dos años, y por la (interminable) sangría de intendentes, todo se desmorona. Consultados por este portal, armadores macristas descartan que se avance en un pacto que sí se intenta crear en otras provincias. “Massa no va a pasar el filtro ni de Jaime ni de Marcos”, le comentó a Letra P un importante dirigente.
“Queremos ir con la propia. Hoy, María Eugenia tiene los mismos números que De Narváez”, insistió la fuente, que le bajó el tono a los dichos de Ernesto Sanz esta mañana, quien también dejó abierta una puerta para que se elimine la cortina de hierro que deja afuera al massismo de la gran PASO. “En la provincia de Buenos Aires hay que hacer un esfuerzo para tener mayor competitividad”, dijo el senador, que buscó darle más fuerza a sus dichos.
“Cuando digo puede ser, es mi opinión. Estamos en un frente que cualquier decisión tiene que tener un consenso. Hoy no hay consenso. Para mí en la provincia no está cerrado, hay que seguir discutiendo”, insistió.