En la que pudo ser su última apertura de sesiones como intendente, Pablo Bruera utilizó un discurso de pleitesía con el kirchnerismo y el sciolismo pero duro con la Policía Bonaerense porque nunca ”cuidó como debía” a los platenses que ahora, gracias a la nueva fuerza de seguridad, están a salvos de los delincuentes.
A las 12:30, acompañado de los jefes de bloque, Bruera ingresó al recinto para hablarles a los concejales que escucharon atentos un discurso cargado de elogios a los eventos que caracterizaron su gestión, el desarrollo de estructural que se avecina o el avance de acuerdos con Nación para reforzar la prevención en el distrito.
Orgulloso, recordó el trabajo en conjunto con la Universidad Nacional de La Plata para incluir a diferentes sectores como los planes ideados en el Ministerio de Desarrollo Social nacional o provincial. “Hoy, en cualquier lugar, se necesita el secundario y por eso entiendo que haber trabajado con todas las fuerzas del Estado es muy importante”, planteó el dos veces jefe comunal de la capital bonaerense.
Producción, inclusión, educación e integración fueron eje de su palabra con duras críticas contra su antecesor, Julio Alak. “Cuando llegamos este era el Municipio del no te metas. No te metas en seguridad, en el tema de los precios o lo educativo. Aquí sólo se barría, en el mejor de los casos. Los vecinos quieren que nos hagamos cargo de todos los problemas”, insistió.
“Nos parece algo absolutamente necesario por eso trabajamos el tema de los precios porque fue una experiencia muy importante, nos queda un tramo pero haber construido el primer mercado con productores locales a los que hemos defendido como sucedió en semana santa cuando 25 mil platenses circularon por ahí, es importante”, dijo Bruera antes de prometer más obras para que el Mercado Central “siga creciendo”.
A pesar de que constantemente se denuncia la especulación inmobiliaria en un distrito que es el faro de miles de estudiantes de todo el país por el prestigio de la UNLP, enalteció la oficina de alquileres de la ciudad “como una de las pocas que tiene el Estado a nivel nacional” que ayuda a los inquilinos. “Es un instrumento de garantía para toda la región. Eso demuestra que nos hacemos cargo de un montón de problemas de los ciudadanos”, remarcó.
“Tanto para el Gobierno nacional o provincial fue más fácil trabajar con la ciudad de La Plata unida, en la disidencia o en las críticas porque hemos estado juntos para pedir las obras en la ciudad. Todos unidos para eso; fue algo importantísimo”. Esa fue la justificación de Bruera sobre la mesa de trabajo que garantizó el desarrollo en la comuna, a la que destacó como una ciudad –a pesar de que criticó a Dardo Rocha los días posteriores al 2A– y a su distinguida política de espacios verdes: “La recuperación de los espacios verdes es una respuesta al cambio climático por eso es necesariamente es fundamental seguir extendiendo un modelo verde en los barrios”.
Reciclaje, cierre del Ceamse y otra serie de anuncios en medio ambiente formaron parte de la publicitada integración que incluye la apertura del casco urbano, en el que fue castigado en la última elección, para continuar las políticas públicas de unificación.
Seguridad: orgullo y protesta
“Es importante dar cuenta de cómo gastamos los dineros que no son nuestros. Eso es un elemento central e importante porque el sistema de control que hemos dado como novedoso porque desde aquí organismos controlan las cuentas”, sostuvo.
“Hemos puestos a disposición el Municipio y el control de las cuentas porque a lo mejor puede haber corrupción en algún funcionario municipal pero no puede existir la corrupción de miles y miles de vecinos”, admitió Bruera, en un claro mensaje puertas adentro. Lo que más ruido hizo fue el llamado a mejorar lo hecho en las próximas gestiones a través del control ciudadano como en el tema de seguridad.
En el día que la Provincia intervino la Policía Local luego de que se encontrara un efectivo con cocaína y marihuana, envió un duro mensaje porque fueron los primeros que “pidieron la policía” y recordó que se puso a “disposición” para formar a los mismos. “Elegimos un Jefe legitimado con el respaldo de cada uno de los sectores designado no por un acuerdo entre gallos y medianoches sino por la fuerza en su conjunto. Hemos pedido que se duplique la cantidad; vamos a poner todo a disposición para tener 1500 efectivos”, reconoció antes de anunciar el diálogo con Sergio Berni para que lleguen efectivos de fuerzas federales a monitorear la periferia.
“Esperemos estar respaldados por la Policía Federal, la Gendarmería y la Policía Local porque la emergencia amerita que todas las fuerzas nos acompañen. Con un sistema inteligente como las cámaras, y el sistema de controles de patentes o el control de personas vamos a ser realmente mucho más efectivos. En materia de Seguridad no puede hacerlo todo porque no vamos a mirar para otro lado, acompañamos esta suerte de intervención civil sobre la policía de la Provincia porque es evidente que no han podido garantizar la seguridad de cada uno de los platenses”, advirtió, en una crítica al fuerza que hoy maneja Alejandro Granados.
“Vamos a seguir poniendo cámaras, seguiremos entregando botones antipánico y trabajando con los foros de seguridad. No miraremos para otro lado formando policías locales le pese a quien le pese, le guste a quien le guste. Es evidente que alguno no le ha caído bien”, esbozó Bruera antes de enviarle un mensaje a los candidatos opositores que “tienen las puertas abiertas para decir sus propuestas”.
Minutos después de que finalizara la intervención, su hermano, Gabriel Bruera le dijo a Letra P que las respuestas no fueron para nada favorables desde la Policía bonaerense. “Nosotros queremos una policía cercana a la comunidad y hay cosas que planteamos hace muchos años. Agradezco el esfuerzo de todos los agentes de bien que trabajan pero hay cosas que hacemos nosotros porque se los hemos pedido py no las han realizado”, explicó el concejal.
Bruera eligió su enemigo
Uno de los precandidatos que asistió a la apertura de las sesiones ordinarias fue Marcelo Leguizamón, del massismo, quien terminó siendo blanco de los abucheos de las barras que lleva siempre Bruera en cada apertura de sesión. “Gorila, vigilante”, se escuchó mientras le agragaban que no le daba para la intendencia.