En un escenario de ballotage en el cual Sergio Massa se convertió en “la niña bonita” debido a que su caudal electoral podría definir el destino de la elección, el ex intendente de Tigre se tomó unos días de vacaciones con el dirigente radical Gerardo Morales. Se fueron el sábado 31 de octubre y está previsto que el miércoles estén de vuelta.
Desde el entorno del tigrense afirman que el ex intendente y su esposa, Malena Galmarini, “dejaron todos los teléfonos en su casa”. Los llamados, por ahora, fueron derivados a sus hombres de máxima confianza y en el massismo aseguran que tanto desde el PRO como desde el Frente para la Victoria están “sondeando” al hombre de UNA “para ofrecerle cargos”.
Desde el frente UNA aseguraron que, de los 21 puntos que obtuvo el hombre del Frente Renovador en las elecciones presidenciales se dividen con 6 puntos para Daniel Scioli y 9 puntos para Mauricio Macri, lo que deja la situación en una paridad virtual. “Massa sigue siendo la clave, tiene en sus manos 6 puntos decisivos de cara a las siguientes semanas de campaña”, aseguran desde Tigre.
Ambos dirigentes pasan sus días en reposeras disfrutando del sol y sus familias, comen feijoada y juegan al fútbol contra un combinado de brasileros. Ambos disfrutan de la tranquilidad luego de la tormenta de la campaña electoral que los tuvo como protagonistas.
Si bien la amistad entre el gobernador electo de Jujuy y Sergio Massa es conocida públicamente, Gerardo Morales forma parte del frente Cambiemos, que encabeza Mauricio Macri. El radical se había expresado a favor de un “acuerdo amplio” durante la convención de la UCR en Gualeguaychí, posición que finalmente perdió frente a la de Ernesto Sanz, que postulaba circunscribir los acuerdos a la Coalición Cívica y el PRO.