Según las encuestas era una de las provincias más difíciles para el oficialismo, pero finalmente Alicia Kirchner fue profeta en su tierra y se quedó con la gobernación. La llave del triunfo se la entregó el primer mandatario saliente, Daniel Peralta, con quien el kirchnerismo ha tenido una pésima relación política.
La ministra de Desarrollo Social cosechó poco más de 50 mil votos en su provincia, y recibió un gran impulso del sublema encabezado por el actual gobernador de la provincia patagónica, Daniel Peralta, quien obtuvo cerca de 25 mil sufragios. Así, el lema del Frente para la Victoria Santacruceña obtenía, por la combinación de boletas de sus dos fórmulas, 51,25 puntos porcentuales con el 85 por ciento de las mesas escrutadas.
El candidato de Cambiemos, Eduardo Costa, fue el más votado de la provincia, con más de 60 mil sufragios a su favor. Sin embargo, no le alcanzó para hacerse con el control político de la provincia. Tampoco le alcanzaron los votos que el sublema del massista Osvaldo Pérez, que le aportó poco más de 7 mil votos.
Otra mala elección en su tierra fue la de Máximo Kirchner, líder de la agrupación juvenil La Cámpora e hijo de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien perdió por tres puntos contra la lista encabezada por Héctor Roquel, que obtuvo el 49 por ciento de los votos. De todos modos, el dirigente santacruceño tiene asegurado uno de los dos escaños que se ponen en juego para la Cámara baja.