Política

La fórmula que lo enfrentó en 2011, ahora llama a votar por Scioli

De la bandera en el Estadio Único y el fallido intento de UDESO, pasando por una breve estadía en el massismo, Francisco De Narváez y Mónica López hallaron al kirchnerismo como punto de encuentro.

La decisión del diputado nacional Francisco De Narváez de blanquear su respaldo al candidato oficialista Daniel Scioli, lo posiciona en una situación de simetría son su enemiga política y ex compañera de fórmula Mónica López, quien semanas atrás esgrimió motivos semejantes para encolumnarse detrás del gobernador bonaerense: es la “única opción peronista" en las próximas elecciones.

 

Con pasado no muy lejano en el Frente Renovador, ambos dirigentes pasaron  de compartir fórmula bonaerense en 2011 y definirse como acérrimos opositores, con el fin de intentar desterrar a Scioli, a convertirse en enemigos políticos, que luego convivieron de manera forzada en el espacio de Sergio Massa, para luego terminar apoyando al Gobierno.

 

La selección Argentina iniciaba en el Estadio único de La Plata su camino en la Copa América 2011, el 1 de julio de ese año. Cuando todos los flashes parecían dirigirse a las figuras del del equipo, que estaban por salir a la cancha, desde una cabecera sorprendieron a los propios organizadores de la competencia al desplegar una gigantesca bandera con la inscripción: “Francisco De Narváez-Mónica López”.

 

Era plena campaña previa a las PASO, que se implementarían por primera vez luego de la sanción de la Reforma Electoral. Presente en el estadio, el propio gobernador bonaerense y candidato a renovar su mandato, Daniel Scioli, con el entonces ultrakirchnerista Gabriel Mariotto como compañero de fórmula,  se vio obligado  a digerir el mal trago que significó aquel episodio, aunque semanas después se tomaría revancha en las urnas.

 

Luego de un contundente triunfo en las primerias, Scioli se convertía en octubre de 2011 en el gobernador más votado de la historia, con el 55,18%, al superar los  4,2 millones de votos y relegar en el segundo puesto al frente Unión para el Desarrollo (UDESO), representado por el binomio Francisco De Narváez-Mónica López, que apenas conseguiría el 15,85%.

 

De esta manera, De Narváez veía como se empezaba a desintegrar el capital político cosechado en 2009, cuando conformó junto a Mauricio Macri y Felipe Solá la alianza Unión PRO, que en los comicios legislativos de 2009 había superado al Frente para la Victoria con Néstor Kirchner como cabeza de lista.

 

En 2013, De Narváez volvió a la carga y conformó el frente electoral Unidos por la Libertad y el Trabajo, ubicándose en el cuarto lugar con el 8,5% -le alcanzó para retener su banca en la Cámara de Diputados-, muy lejos del naciente Frente Renovador de Sergio Massa y el FpV, que atraparon todas las miradas.

 

A partir de ese momento, y si bien siempre se encargó de refrendar su condición de opositor, De Narváez comenzó a tender puentes con Scioli, lo que le permitió colocar a dos de sus hombres de mayor confianza en el Ejecutivo provincial, como fue el caso del actual asesor general de Gobierno, Gustavo Ferrari, y el presidente de AUBASA, Gonzalo Atanasof.

 

Expectante durante 2014 y con su pase al Frente Renovador sellado en enero de 2015, se convirtió en la figura que mas cotizaba para disputar la gobernación bonaerense. Sin embargo, desde su arribo encontró escollos internos y la principal resistencia fue su ex aliada Mónica López, quien aprovechó cada vez que tuvo un micrófono delante suyo para fustigar a su viejo aliado, junto con su esposo, el diputado nacional Alberto Roberti.

 

El cierre de listas determinó que el deseo de De Narvaéz de constituir un acuerdo opositor para librar batalla al kirchnerismo no terminó ocurriendo, mientras que López tampoco prosperó en su intento de, al menos, postularse como precandidata a gobernadora y debió conformarse con una diputación al Parlasur.

 

Casi seis meses después, ambos dirigentes decidieron patear el tablero y conincidieron en enrolarse detrás de la figura de Daniel Scioli, porque, según ellos, representa “la única opción peronista en estas elecciones”.

 

Osvaldo Jaldo, gobernador de Tucumán. 
Lisandro Almiron y Tomas Figueroa junto a Karina Milei y referentes libertarios de todo el país. 

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