Fue una noche demasiado larga en la mansión que se erige sobre la calle Colombia y que la semana pasada conoció a su nuevo jefe, el embajador Noah Mamet. La muerte de Alberto Nisman, fiscal de la causa AMIA y con variados contactos en la justicia estadounidense y el establishment económico de origen judío, transformó la Embajada en un hervidero de reuniones y llamados que se prolongó hasta la madrugada.
Si el lunes próximo se conociera un wikileaks de toda esta semana, los nombres y las conversaciones serían reveladores. Políticos, jueces, ficales, espías y lobistas ingresaron a gran velocidad en el radio de acción de la Embajada, todo bajo la coordinación de Ken Rory, secretario de Asuntos Políticos y Kevin Sullivan, encargado de Negocios y hasta hace una semana embajador interino.
Para el gobierno de Washington el caso de Nisman trasciende las relaciones públicas del fiscal: era un hombre con contactos en los servicios de inteligencia de Estados Unidos.
En la Embajada ya se maneja un croquis completo del caso y el nivel de información es similar al de la justicia. Se sabe, entre tantos vericuetos, que por estas horas la fiscal Viviana Feín busca a un médico de la obra social Swiss Medical que fue el primero en llegar a la Torre Le Parc y que cuando vio la escena y comprendió de quien se trataba salió huyendo y dijo que había que llamar a la policía. “La fiscal necesita a ese hombre para saber si la escena no fue adulterada por las fuerzas de seguridad o por la gente que llegó al edificio con el ministro Sergio Berni”, explicaba ayer un funcionario judicial en la sede diplomática.
También se conocen algunos detalles más explosivos, como el hecho de que Nisman mantuvo dos encuentros con Jaime Stiusso una vez que el espía ya fue retirado de la SIDE por el Gobierno. Ese dato fue aportado por colaboradores de Nisman y en esas reuniones, explicaron, Stiusso contó que al le faltaban más años para jubilarse pero que Oscar Parrilli le firmó dos sanciones y como él ya tenía una ese fue el justificativo para acelerar su salida.
La expectativa se mantendrá hoy cuando retorne al país para declarar la ex esposa de Nisman, la jueza de San Isidro Sandra Arroyo Salgado. Sus palabras son indispensables así como también manejar el dato de su amistad con el actual directivo de la SIDE, Fernando Pocino.