La llegada de Olga Riutort al massismo fue una noticia importante para el mundo político cordobés, que tiene a su gobernador, José Manuel de la Sota, abocado a la campaña presidencial. Es por eso que el mandatario busca demostrar que es el mejor capacitado, con toda su impronta justicialista, para suceder a Cristina Fernández de Kirchner.
Pero la base de sus palabras, además de criticar la década kirchnerista, apunta contra la oposición provincial que se divide en varios sectores. Sobre los acercamientos entre la Unión Cívica Radical (UCR) y el PRO, o el impulso que obtuvo el Frente Renovador con su ex esposa, De la Sota no dudó en plantear una línea de principios diferente.
“Soy muy respetuoso con los opositores en Córdoba. Creo que si logran ponerse de acuerdo en un programa, es bueno. Juntarse en contra de algo, no lo es. Dura poquito, no ayuda a la gobernabilidad”, afirmó el Gobernador, en declaraciones a radio Del Plata.
Alegre por el piso electoral en su tierra, deslizó más críticas contra los sectores que rechazan a personalidades del deporte o el espectáculo en la política. En ese sentido, recordó cómo fue su relación con Daniel Scioli en los inicios como funcionario.
“Había un rechazo de los que no venían de la política. Les abrimos las puertas a varios dirigentes”, insistió el precandidato, en clara referencia a su par bonaerense, hoy abocado a ganar la interna del Frente para la Victoria (FpV).
Sobre las bases programáticas para ganar los comicios del 2015, reconoció que tiene bases “progresistas” pero con la impronta peronista. “Nosotros vamos a hacer una propuesta social cristiana, siempre hay espacio para alguien como yo”, reconoció.
“Yo no escucho propuestas sobre el país que viene. Vamos a recibir un país en estado grave”, vaticinó el dirigente mediterráneo, que mantiene una base en el terreno que mejor conocer y va por una elección que facilite una expansión mayor a su armado nacional.