Política

El alineamiento latinoamericano de Massa fracasa en las urnas

Por Germán Krüger.- El líder del Frente Renovador mostró siempre su preferencia por todos los candidatos de la derecha en las últimas elecciones de Uruguay, Brasil y Venezuela, que perdieron ante la izquierda de la mano de Tabaré Vázquez, Dilma Rousseff y Nicolás Maduro.

Luego del triunfo del Frente Amplio en Uruguay, Sergio Massa quedó en off side con sus muestras de favoritismo hacia los candidatos de los partidos de derecha en los comicios de algunos países de la Patria Grande.

 

En plena campaña charrúa, el diputado nacional se reunió con el candidato del Partido Nacional uruguayo, Luis Alberto Lacalle Pou, junto a quien dijo que “tenemos varios compromisos: contribuir a restablecer el vínculo entre los dos países y además apostar a la renovación generacional en la política. Los dos apostamos a estados modernos e integrados regionalmente”.

 

El líder del Frente Renovador pidió por un recambio presidencial en Uruguay como “primer paso para reconstruir todo lo que se destruyó en estos años”. “Nos une el Río de la Plata, la historia, no nos pueden dividir los gobiernos”, sostuvo. Por su parte, Lacalle Pou resaltó que “con Sergio somos los dos de la misma generación y compartimos los mismos valores. Tenemos buena relación porque ambos somos hijos de la democracia”.

 

Del mismo modo, y en plena polarización izquierda-derecha en Brasil, el tigrense viajó a San Pablo para dar una muestra de cómo sería su relación con ese país en caso de ser presidente de Argentina en 2015. Massa, aseguró que en el futuro “la Argentina y Brasil tienen que ser parte de un bloque único”.

 

En otra muestra de simpatía derechista, se reunió con el ex presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso (del Partido de la Social Democracia Brasileña –PSDB–, un partido de centroizquierda que se desplazó hacia la derecha), y prometió a ejecutivos de las principales empresas profundizar el comercio y las inversiones bilaterales para “fortalecer el debilitado Mercosur” al acercarse a las filas de Aécio Neves, también del PSDB, y quien fuera el principal rival de la presidenta reelecta, Dilma Rousseff.

 

Por último, el año pasado Massa tuvo se acercamiento con el ferviente opositor al chavismo de Nicolás Maduro, el candidato de la Mesa de Unidad Democrática, Henrique Capriles. El líder de la oposición de Venezuela, felicitó en las elecciones legislativas 2013 al tigrense. “Veo que en Argentina también soplan vientos de cambio”, publicó en su cuenta de Twitter aquel octubre en referencia al triunfo del massismo, crítico de la actual gestión venezolana.

 

Por otro lado, si bien no estuvo presente en las elecciones de Chile, donde la postulante a presidenta por la Unión Demócrata Evelyn Matthei perdió con la izquierda de Michelle Bachelet, poco hubiera sorprendido si las inclinaciones del diputado nacional se correspondían con la candidata del ex presidente de la derecha chilena, Sebastián Piñera.

 

Dadas las cosas, el massismo, que se presenta como una de las fuerzas más opositoras al gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, no puede encontrar un espacio de alianzas latinoamericanas con el fracaso de cada uno de los líderes de la derecha en los países hermanos.

 

Massa no tiene un alineamiento regional que lo muestre enlazado a los presidentes ganadores, como sí lo tiene el gobernador bonaerense Daniel Scioli, quien se codea y fotografía con Tabaré Vázquez o Michelle Bachelet, de cara a las elecciones presidenciales en Argentina donde las muestras de acercamiento y las definiciones partidarias todavía se asoman tímidas.

 

Axel Kicillof, en la marcha del 24 de marzo.
Javier Milei, dispuesto a jugar a fondo contra las provincias.

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