Castro dijo que hay una “quietud técnica y de los recursos humanos” para garantizar la provisión de agua. “Si se recorta el presupuesto en esta área, se paga con alteración social”, anticipó.
“Aguas Bonaerenses (Absa) atraviesa una preocupante situación. Hace falta un plan estratégico en el sector. Hay una desesperante quietud técnica y de los recursos humanos disponibles”, afirmó, sobre la empresa que controla el gobierno provincial y debe abastecer de agua potable a más de 100 localidades.
Tras recordar que Absa previó un presupuesto de 1042,92 millones que debe ser modificado por el aumento salarial de 67,5, Castro sostuvo que “no es posible” restar recursos “en cuestiones de tanta incidencia sanitaria, donde el gasto que no se realiza en la materia deberá ser sufragado con crece y con la consabida alteración social, en hospitales y otros servicios de atención medica”.
Comentó que “varios organismos oficiales nacionales y provinciales adeudan a la compañía 160 millones por falta de pago del servicio” y que es “el accionista mayoritario” el que “debería integra capital por un monto de 200,85 millones que hasta el momento no han sido aportados”.
Además de un endeudamiento estimado en 150 millones de pesos, enumeró una serie de deficiencias en la actividad diaria de Absa como “la paralización de equipos de bombeo por razones de uso en condiciones extremas, sin reposición por falta de reservas; la carencia de elementos de trabajo básicos por reparaciones y la falta de capacidad operativa para mantener obras instalaciones”.
“Todo esto pone en franco riesgo la provisión de agua y el escurrimiento de cloacas en las áreas servidas, recortado el volumen de tratamiento de las aguas servidas y poniendo en riesgo de contaminación bacteriológica poblaciones marginales”.
Entre los problemas estructurales destacó además la “carencia de recursos básicos e imposibilidad de formalizar contratos con terceros” y “el constante deterioro a que nos sometidos los sistemas operativos fijos y móviles”.
“Tampoco hay programas de financiamiento para nuevas obras de ampliación de redes de agua y cloacas, más allá de la total paralización de aquellas que estaban en ejecución. Todo esto pone de manifiesto un preocupante desconocimiento de los riesgos sanitarios a que son sometidas populosos barrios de diversas localidades”, recordó.
“Nuestro sindicato tiene la obligación de alertar a las autoridades sobre la grave situación existente y los riesgos que corren millones de bonaerenses, que no sólo reciben un servicio precario y desnaturalizando la esencia sanitaria”, concluyó.