El PRO en La Plata atraviesa un momento particular luego de las PASO porque, en una desesperada lucha por sobrevivir en la vida política de la 8ª sección electoral, terminó dándole un espaldarazo a la iniciativa de bruerismo, que volvió a las sesiones ordinarias con un problema de magnitud: la salida del hasta ayer, titular del recinto (Javier Pacharotti), quien fue noticia al llegar al armado del intendente de Tigre, Sergio Massa.
Con la presencia de Irurueta (enviado por Rodríguez Larreta), dándole quórum al oficialismo, se reflejó el acuerdo que tantas veces se gestó para otras cuestiones de importancia en los pasillos del Palacio Municipal de calle 12. Pero, ahora, la historia forja un cambio con el único objetivo de sobrevivir, y, en cierta sintonía, coincide con los dichos de los candidatos que se fugaron al Frente Renovador.
“Si mantenemos la lista corta vamos a ser funcionales a los intereses del intendente Pablo Bruera, es por eso que decidimos abrirnos al diálogo y ponernos a disposición de los candidatos del Frente Renovador en la ciudad, para construir entre todos una fuerza política que pueda consolidarse en las urnas el próximo 27 de octubre”, así hablaban los ex compañeros del edil, casi en un vaticino de lo que terminó ocurriendo anoche, un poco después de las 20.
A pesar de que se abstuvo, el representante macrista confirmó lo que sus antiguos socios políticos advirtieron antes de la maratónica campaña de abandono hacia el massismo platense. El pobre 1. 98 por ciento refleja el poco apoyo del electorado, que hasta en Capital Federal redujo el caudal de votos, y dejó librado a la suerte el futuro del espacio político del Jefe de Gobierno porteño, que está cerca de perder un representante en la Capital Bonaerense.