Política

La estrategia del miedo

El gobernador Daniel Scioli está jugando la “personal”, buscando bajarle la cotización electoral a Sergio Massa e intentando polarizar con el intendente de Tigre en las urnas los comicios de renovación legislativa del 27 de octubre próximo. En el caso de alcanzar ese objetivo, sería una suerte de anticipo por la sucesión peronista de cara a la carrera presidencial de 2015.

Por Ricardo Salas (*)

 

Casi como figura central de la campaña del kirchnerismo oficialista, el gobernador sigue montado arriba de la campaña electoral en la provincia, procurando contener el paso triunfador de Massa.

 

Después de la derrota del Frente para la Victoria en las PASO, Scioli ratificó sus ambiciones presidenciales y hasta propuso una interna en el peronismo para definir “heredero”. En no pocos ámbitos institucionales de La Plata no se descarta que el gobernador cuente con algún mínimo guiño presidencial de CFK para reiterar públicamente su aspiración de aparecer en el “primer lugar” de la grilla de posibles “sucesores” a la Casa Rosada, sin sufrir ningún cuestionamiento del kirchnerismo ortodoxo.

 

En plena entrada en calor hacia las urnas de octubre, distintos referentes del universo K, y algunos actores opositores también, se siguen trenzando mediáticamente con una imprudente apelación al miedo. En líneas generales, pareciera una estrategia errónea subestimar al electorado, que ya se pronunció en las primarias del domingo 11 de agosto pasado.

 

Seguramente con alguna bajada de línea de la Casa Rosada, a dirigentes que parecían tener hasta hace pocos días la “palabra prohibida”, ahora se les soltó la lengua con frases apocalípticas.

 

La joven jefa del bloque de diputados nacionales del Frente para la Victoria y candidata para renovar su banca, Juliana Di Tulio, acusó a la oposición de pretender dar “un golpe institucional”, por querer presidir la Cámara de Diputados de la Nación tras las elecciones de octubre.

 

Después llegó el turno para el vicegobernador Gabriel Mariotto, al advertir que, si el armado “massista” gana las elecciones legislativas venideras, “volveremos a la tragedia”, ya que el Frente Renovador tiene muchos actores que expresan la filosofía neoliberal.

 

“Acá hay una lucha de intereses políticos. La diferencia es que unos les imputan a los otros que, si el otro gana, viene el caos”, explican intérpretes legislativos.

 

Como el más ferviente militante del cántico “los soldados de Cristina”, el gobernador Daniel Scioli, en medio del trajín de campaña por los municipios de la Provincia, se sigue mostrando alineado fielmente con el gobierno nacional y hasta se puso al frente de la defensa del diálogo social convocado por la presidenta.

 

Aún respetuoso de la voluntad popular, pero poniendo el acento en “fortalecer la gobernabilidad”, pidió “estar alertas y atentos a cualquier situación que pueda generar tirar por la borda todo lo que se ha logrado” por el kirchnerismo de la Casa Rosada, preocupado, dijo, por aquellos que “plantean el caos o la etapa de transición”.

 

En una serie de entrevistas periodísticas, y como definición general, Scioli requirió cuidar la institucionalidad y la estabilidad económica y social.

 

Siempre dentro de un contexto de “alta tensión” con el intendente de Tigre y líder del Frente Renovador, Sergio Massa, el gobernador le reclamó actuar con mayor nivel de responsabilidad ante algunas promesas de campaña electoral que podrían generar inestabilidad y poner en riesgo la gobernabilidad.

 

Según el gobernador, la agenda económica que Massa estaría planteando en círculos empresarios es “inquietante” por las “consecuencias” que puede tener ese tipo de iniciativas desde el punto de vista económico. También cree que “entusiasmar” al electorado con “soluciones milagrosas” para combatir la inseguridad puede terminar alterando la paz social.

 

En rigor, un potencial triunfo electoral de las listas de candidatos legislativos de Massa o un crecimiento de las demás fuerzas de la oposición no significa una tragedia. Mucho menos un complot. Ni siquiera representa el vencimiento automático de la etapa presidencial de Cristina de Kirchner, ni tampoco la gestión gubernamental de Scioli en la Provincia. Ambos tienen mandato institucional hasta diciembre de 2015. En todo caso, lo que puede provocar que Massa amplíe su ventaja sobre la boleta sábana que lleva a Martín Insaurralde como primer postulante del Frente para la Victoria al Congreso nacional sería un saludable equilibrio parlamentario, en lugar de la hegemonía que pretende el oficialismo K, que “está cada día más manchado por hechos de corrupción”.

 

“El día después del 27 de octubre la vida continúa, no se abre ningún precipicio”, intentan purificar desde el microclima político platense.

 

De todas maneras, la ministra de Gobierno “sciolista”, Cristina Álvarez Rodríguez, decidió agitar fantasmas, al afirmar que “hay procesos de desestabilización en marcha, vinculados con lo económico y comunicacional, que superan lo político y que son preocupantes, porque el final del mandato de la presidenta y de Scioli es en 2015 y no después de las elecciones de octubre”.

 

Según encuestas que se difundieron durante el último fin de semana largo, Massa podría obtener más del 40 por ciento de los votos en las elecciones legislativas de octubre. También reflejan que el oficialismo K sigue sin superar el 30 por ciento.

 

Es decir, la fría estadística indica que el Frente Renovador sigue posicionado varios puntos por encima del Frente para la Victoria y muy lejos de los demás.

 

Después del escrutinio provisorio que aportaron las elecciones primarias, el espacio del Frente Renovador se perfila como “la única alternativa que le puede ganar a oficialismo” en la contienda electoral de octubre. “En el promedio general de la provincia, las PASO nos mostraron el piso, pero es muy difícil ponerle un techo”, aseguran desde el equipo técnico de campaña de Massa.

 

“En las PASO quedó demostrado que el gobierno pagó el precio de su negación a la realidad al no reconocer los altos índices de inflación, desempleo, pobreza e inseguridad que se registran en el país”, y agregó que “la sociedad castigó al gobierno de Cristina Fernández y eso puede acentuarse aún más de cara a las elecciones legislativas definitivas del mes de octubre, porque el oficialismo sigue sin escuchar a la gente, tratando de sostener una postura que es insostenible”, analizó el diputado Juan Carlos Juárez (Frente Amplio Progresista), que responde a Margarita Stolbizer.

 

Otro round del enfrentamiento político entre sciolistas y massistas pasa por el no tratamiento legislativo de los proyectos en “estudio”, es decir en el freezer , de una ley de Policía Municipal en la provincia de Buenos Aires.

 

Intendentes y caras visibles del Frente Renovador concentran casi todas sus energías en el tema de la inseguridad como caballito de batalla para cuestionar a la administración Scioli.

 

Massa presentó en Tigre un botón antipánico domiciliario, como un novedoso sistema de seguridad basado en la tecnología, mientras el gobernador dice que el intendente habla de la inseguridad pero su municipio tiene un 40 por ciento de barrios privados.

 

Días atrás, Scioli también formuló una batería de anuncios orientados a potenciar las tareas de prevención ciudadana, entre los que consta la incorporación de mil patrulleros y la ampliación del sistema de cámaras de seguridad en todo el territorio provincial, en un contexto de “acciones gubernamentales” que “permitirán acorralar el delito e intensificar la prevención” ante la ola de inseguridad.

 

Además, se refirió a la instalación de una nueva red de comisarías móviles y la extensión del sistema 911 a partir del crédito otorgado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), según material recopilado por el ministro Ricardo Casal (Justicia y Seguridad).

 

El gobernador no niega el problema de la inseguridad, como principal preocupación ciudadana. Distinta mirada tiene el ministro de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni, que hace pocos días insistió con que hay una “sensación de inseguridad” y una “paranoia construida”, supuestamente “generada” por los medios de comunicación.

 

“No hay barrio, ni rico ni humilde, que no sufra la inseguridad. Por eso, la gente votó un cambio en la gestión de la política de seguridad”, dice desde el “massismo” el intendente de San Martín, Gabriel Katopodis.

 

Además, enumeró las acciones desplegadas por los jefes comunales que conforman el Frente Renovador: “Nos estamos haciendo cargo de la seguridad, nosotros triplicamos los patrulleros, duplicamos las cámaras de seguridad, invertimos en tecnología y personal y reclamamos permanentemente la creación de una policía municipal, pero no es suficiente”.

 

La encargada de responder fue la ministra Álvarez Rodríguez. Dijo que hay “intendentes guionados que salen a hacer títulos que son exactamente iguales” en materia de seguridad.

 

En la víspera, el principal estratega político del sciolismo, el jefe de Gabinete, Alberto Pérez, salió directamente al cruce, recordando que el Ejecutivo presentó en el Senado bonaerense un proyecto de ley de Policía Comunal –aunque ahora es Massa quien se adueñó de esa movida–, pero que esa iniciativa “duerme hace un año y medio en el despacho de un senador que responde al Frente Renovador”, en obvia alusión a Jorge D’Onofrio, mandamás del bloque “massista” y titular de la Comisión de Seguridad en la Cámara Alta.

 

Los senadores que integran dicha comisión parlamentaria no lograron todavía emitir “despacho” sobre las distintas iniciativas vinculadas con la creación de la Policía Municipal. Al parecer, aparece como una fuerte resistencia que tanto el proyecto del Ejecutivo como el despacho que propone el massismo –una nueva fuerza a cargo de los intendentes con móviles, cámaras y personal en cada calle y en cada barrio– sigue manteniendo “una clara ambigüedad respecto del financiamiento” del cuerpo a crear.

 

“Creemos que la Policía Municipal no viene a competir con la fuerza provincial sino a complementarse, con un financiamiento que tendría que salir sobre una readecuación presupuestaria, es decir, que dinero que se gasta en eventos y publicidad de Lotería, Banco Provincia y Grupo Bapro y Arba sea destinado a la seguridad”, sugirió D’Onofrio.

 

(*) Periodista, columnista de La Nueva Provincia

 

Javier Milei y Martín Llaryora durante la firma del Pacto de Mayo, el 9 de Julio, en Tucumán.
Jorge Macri, jefe de Gobierno porteño.

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