Sin embargo, otro cambio estructural registrado en los últimos años pone a la profesión otra vez ante un desafío. Adaptarse al planteo esquemático que obliga a ser “militante” o “independiente”. Categorías abstractas, innecesarias que sólo perforan el piso del nivel profesional. Se ve todos los días en cada artículo, nota, entrevista.
Este Día del Periodista nos debería servir para discutir sobre este escenario que se nos vino encima y del que no podemos evadirnos sin recibir el impacto de las esquirlas de una pelea que nos es ajena.
Fabián Debesa. Corresponsalía de Clarín en La Plata. @gallegodebesa
Feliz día para tod@s mis coleg@s. Cuando comencé a caminar esta profesión adopté como dogma de fe un breve relato de Galeano, que cada tanto releo, porque me recuerda qué me significa el ser periodista. “Los indios shuar, los llamados jíbaros, cortan la cabeza del vencido. La cortan y la reducen, hasta que cabe en un puño para que el vencido no resucite. Pero el vencido no está del todo vencido hasta que le cierran la boca. Por eso le cosen los labios con una fibra que jamás se pudre…”. (Celebración de la voz humana/1. Eduardo Galeano). Que no nos cierren la boca y que florezcan mil palabras.
Rubén D. Bárcena. Letra P. @rubenbarcena
En estos tiempos, en que brotan como cizaña los generar, eventos, implementar y otras yerbas, parece atinado evocar a los que enseñaron el valor de los sinónimos y la verdad indiscutible: la repetición daña el lenguaje.
Claridad, concisión, precisión, son los instrumentos básicos del periodismo, también nos predicaron cuando despuntábamos en el oficio, el que cobra auténtico valor cuando se tiene el reconocimiento de los pares. Esa distinción pesa más que las que, en este día, se puede tener de instituciones públicas o privadas.
Jorge O. Manchiola. Legislatura bonaerense.
Mi madre, @Anapecollo, me mandó un SMS. Tiene dos líneas, 64 letras, firmado por MAMA, en mayúscula.
Es un elogio de madre que no tiene sentido reproducir, por pudor y porque los demás no entenderían.
Me lo mandó hoy, antes del mediodía y es un saludo por el Día del Periodista.
Los que trabajan en diarios saben de que hablo: vivimos en ese estado ridículo del “hoy para nosotros”, escribiendo que ocurrió ayer lo que ocurrió recién, contar algo ahora para que alguien lo lea mañana.
Mi madre, @anapecollo, me mandó el mensaje hoy, 6 de junio, y como se sabe el día del periodista es mañana.
Me gusta pensar que, como una complicidad, lo escribió en tiempo de diario, en el hoy para nosotros.
Pablo Ibáñez. Ámbito Financiero. @Pablo_Ibanez_
Como cada año, el 7 de junio se conmemora el Día del Periodista. En esta oportunidad Letra P, ha propiciado un espacio para la reflexión abierto a todos los colegas que quieran hacerlo, buena ocasión entonces para preguntarse si en este momento tenemos motivos como para celebrar.
Si nos referenciamos en lo peor del siglo pasado, en la oscura etapa de la dictadura del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, seguro que coincidiremos en que estamos infinitamente mejor.
Pero en la actual coyuntura, donde cada línea escrita o cada palabra dicha, está sospechada por parte de nuestros destinatarios: lectores u oyentes, según el caso, deberíamos preguntarnos si tenemos algo para celebrar o quizá deberíamos internar una profunda autocrítica para tratar de salir de una trama enmarañada en la que quizá nos introdujo el propio sistema político que paso de un idilio con la sociedad en 1983 a alarmantes porcentajes de rechazo en la actualidad.
Hugo Volpi. Cadena Music.
Que no ni no…
“No te lo puedo decir. No podes pasar. No hay ninguna novedad. No llegó. No va a hacer declaraciones. No creo que venga. No salió. No entró. No terminó. No empezó. No lo hemos evaluado. No podes publicarlo. No te va a reconocer ni tu madre si lo publicás. No es verdad. No fui bien interpretado. No está en contexto. No podés estar acá. No lo pongas. No lo saques. No lo digas. No, con grabador, no. No, con cámara tampoco. No tengo los datos. No sabemos. No pongas que lo dije yo. No lo vimos. No es el momento”.
Mi abrazo a todos los que aman este maravilloso laburo (incómodo por donde se lo mire e ingrato por donde se lo piense) y que cada mañana salen decididos a no arrugar ante el desafío de los NO.
Hipólito Sanzone. El Día. @PicoSanzone
En momentos en que el periodismo parece estar en el ojo de la tormenta, ante una pelea que parece no tener límites entre un gobierno que montó un enorme aparato de propaganda oficial y un grupo mediático hegemónico que no escatima críticas, creo que la esencia de nuestra profesión sigue siendo la misma. Dentro de los márgenes que tenemos para movernos en nuestros lugares de trabajo, lo fundamental es seguir investigando en pos de sacar a la luz aquello que el poder no quiere que se sepa. Este es el mejor aporte que podemos hacer para contribuir al pluralismo, al debate de ideas y al sostenimiento del sistema democrático, evitando que se instale el relato único.
Juan Gossen. Diario Hoy. @juangossen
En un día en el que el periodismo lucha por reivindicar los derechos laborales y reclamar mejoras salariales en paritarias, llego a la reflexión del mal uso que muchas veces se hace de la frase “Libertad de prensa”.
Lamentablemente, nuestra historia (la del periodismo) nos muestra que en este país, muchas fueron las veces en las que se impidió la libertad de prensa o de expresión. Así es que surgen los casos como el de Rodolfo Walsh, quien con una lapicera y un papel resultaba ser más poderoso que un presidente de facto, quien con cobardía buscó silenciar sus ideas ante la imposibilidad de responder a sus denuncias e investigaciones.
Es con ese pasado que hoy cuando se habla de libertad de prensa, quienes ejercemos esta profesión, debemos ser consientes y respetuosos de aquellos que dieron su vida por ejercer soberanamente el oficio de informar.
Frases como “Acá no hay libertad de expresión”, se escuchan diariamente en este país que busca consolidar los 30 años de democracia ininterrumpida, y ese marco, me gustaría que alguien explique claramente cómo es que se puede decir por todos los medios de comunicación que en este país no hay libertad de prensa o expresión.
¿Será acaso posible que una persona pueda denunciar y reiterar una y otra vez que no existe la ansiada libertad de expresión? Creo que las pruebas bastan en nuestra historia para desmoronar esta pregunta y esa denuncia sinsentido.
Desde un humilde lugar, invito a los periodistas y la sociedad en general, a pensar y recordar nuestro pasado inmediato, antes de hablar y reproducir esas frases que son en definitiva una falta de respeto a la memoria de aquellos colegas que por defender la libertad de informar y ser informado, dejaron su vida sin poder culminar con su lucha.
Martín Musciatti. Infoplatense. @MartinMusciatti
Llevo 13 años ejerciendo el periodismo. He llegado tarde a innumerables cumpleaños, no he estado presente en días importantes para mi familia y mis amigos, casi nunca puedo programar una “escapada” de fin de semana largo porque trabajo, no tengo registro de cuándo es feriado. De más está decir que ese “sacrificio” no se recompensa con un salario exorbitante. Así es mi vida desde hace 13 años. Cualquiera diría que es una vida desgraciada. Pobres de ellos: no saben lo que es ser periodista.
Mariano Suárez. 0223. @msuarez82
Nunca es fácil ser periodista. Es la profesión más amada y más odiada a la vez. Quienes vivimos tras las noticias nos enamoramos y también nos queremos divorciar un poco cada día de este oficio. Sentimos pasión por saber, por estar ahí, por entender, por contar lo que vemos. Nos encanta sentirnos testigos de la historia. Pero nos queremos divorciar cuando nos damos cuenta que no alcanza nuestro trabajo para cambiar la vida de los otros, que no nos respetan como trabajadores, que no descansamos ni los días feriados y que encima nos juzgan.
En los últimos años, los periodistas hemos cobrado más protagonismo que de costumbre. Estamos en el ojo de la tormenta tironeados de un lado y de otro, cuestionados de acuerdo al medio para el que trabajemos. No se confundan: la información es la protagonista, no los periodistas. Y los periodistas no tenemos por qué pagar los pecados que cometieron los dueños de las empresas donde trabajamos.
Nos gustaría ser protagonistas sí de una paritaria justa. La luz que se pone sobre los periodistas no brilla con la misma intensidad cuando nos metemos en el terreno laboral. Queremos mejores condiciones laborales, mejores sueldos, más oportunidades. Nosotros le damos voz a los maestros, los médicos, los judiciales, hacemos visibles los reclamos de todos los trabajadores, pero nadie se entera de los nuestros. Ya es hora de que algo cambie: por eso hoy, en nuestro día, vamos al paro.
Jorgelina Naveiro. Tiempo Argentino. @jornaveiro
Desde chico admiré a los periodistas, hablaban y sabían de todo. A los 7 años me gustaba mirar el noticiero. No estudié periodismo y escribo con errores ortográficos, sintácticos y semánticos, pero me apasiona el buscar la noticia detrás de un bache, lo que no se ve en la foto, lo que perturba a los que tienen el poder de turno o que son el poder permanente.
Soy parcial y entusiasta y creo que el periodismo es una manera de contar la realidad bajo una sola premisa: el respeto al trabajador y a la libertad de expresión. Gracias a todos los que me consideran sus pares y a todos los que respetan el trabajo que hacemos en Letra P, de todos los colegas y voceros aprendemos y compartimos algo la pasión por la noticia. Feliz día.
Carlos Marino. Director Letra P. @CEmarino