La estrategia principal fue la de llevar como cabeza de lista de senadores provinciales al jefe comunal de Tapalqué, Gustavo Cocconi. Se trata de un histórico dirigente peronista, con mucha trayectoria y una buena gestión en su distrito. En 2007 ganó la elección con casi el 60% de los votos, algo que repitió cuatro años más tarde.
Pero debajo de él en la lista de este año hubo gente ubicada por Abarca y Valicenti. Uno de ellos fue el platense Marcelo Leyria, que llamativamente fue candidato por la Séptima. En realidad, esta es una característica que el FpV ya había llevado a cabo un par de años atrás. “Ponen candidatos que no son de la Sección que tienen que representar”, se quejaron allegados a más de un intendente de aquella región, algo que se mantiene hasta estos momentos.
“Leyria es el que le atiende el teléfono en La Plata a Abarca”, chicanean desde la Legislatura bonaerense. Hoy, a casi dos meses de la derrota K, las cosas para Abarca y Valicenti no quedaron tan mal. Es que Leyria es el nuevo Prosecretario de Relaciones Institucionales de la Cámara de Diputados de la Provincia, algo que gestionó el saladillense. “Por ahí venía la mano”, dicen por lo bajo en la Séptima.
“Cerraron este contrato que en realidad nació antes de las elecciones, cuando sin consultarles a los intendentes metieron a su gente en la lista”, confiaron desde aquella sección. Es que el enojo de los intendentes se mantiene hasta el día de hoy, porque se sienten usados por los diputados de Saladillo e Hinojo. “No ayudaron en nada en la campaña y ahora se dan este lujo”, reclamaron furiosos dirigentes del interior bonaerense.
A fines del año pasado, Abarca presentó un pedido de informes sobre los gastos que hacía la Cámara de Diputados. En realidad, lo que pareció estar reclamando –y hoy los hechos indican eso- fue un cargo dentro de la estructura de la Legislatura, y terminar siendo parte de ella. “A que ahora no presenta ese pedido de informes”, desafiaron.