En su retorno paulatino, la jefa de Estado cumplirá con actividades desprovistas de viajes al interior y de actos con extensos discursos públicos para evitar situaciones de estrés. Tiene prohibido realizar traslados aéreos, y el 9 de diciembre, transcurridos dos meses de la cirugía, se le hará una nueva neuroimagen y la prueba de movimiento oscilatorio corporal. En caso de arrojar resultados positivos, recibiría la autorización médica para viajar.
El encargado de visitar provincias para actos de gestión será el vicepresidente Amado Boudou, quien permaneció a cargo del Ejecutivo durante todo el reposo de la Presidenta, con una ceremonia el martes en Chaco junto al gobernador Jorge Capitanich.
Un acto de bienvenida con funcionarios y militantes podría realizarse el 10 diciembre, día en que se conmemora el Día Internacional de los Derechos Humanos que coincide con el aniversario de los 30 años del regreso de la democracia y los seis de su presidencia.
Según Página/12, Cristina vuelve con un colchón importante de popularidad. Una encuesta del Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP) le da 53 por ciento de imagen positiva.
En un año, su imagen positiva subió ocho puntos y esa mejora se hizo aún más notoria después de las PASO y durante su convalecencia, según la encuestas. “Por un lado existió solidaridad frente a una persona que sufrió una enfermedad, por el otro perciben que gestiona, decide, tiene una intensidad notoria en la actividad, por lo que su ausencia se hace notar”, explicaron en al matutino.
Ahora se espera con gran expectativa las decisiones que adoptará la jefa de Estado, especialmente las relacionadas al ámbito económico, donde comienza a preocupar el descenso de las reservas del Banco Central.
Entre los temas de resolución inmediata se apunta la posibilidad de que Cristina resuelva cambios de ministros en su Gabinete, para afrontar los dos últimos años de gestión que restan con un equipo de colaboradores renovado.
