La polémica entre ambas administraciones se profundizó con un intercambio de cartas entre Daniel Scioli y Mauricio Macri cuando el mandatario bonaerense disparó que se le “acabó la paciencia”, al advertir que prohibirá el ingreso de residuos de la Ciudad a los rellenos sanitarios provinciales si el jefe de Gobierno porteño no cumple con la ley de Basura Cero. Por su parte, el mandatario comunal pidió “no fomentar divisiones” con el objetivo de resolver un problema que afecta a 14 millones de personas en el área metropolitana.
En tanto, el jefe de Gabinete, Alberto Pérez, señaló que “Macri no asume el problema” y agregó que “en el 2005 la Ciudad de Buenos Aires aprobó la ley de Basura Cero. Para el 2012 tendría que haber reducido el 50% la cantidad de residuos que se entierra en la provincia, y lejos de reducirse, aumentó en un 180%. Así no hay relleno sanitario ni previsión que se pueda hacer”.
Por su parte, el titular del Organismo Provincial para el Desarrollo Sostenible (OPDS), Hugo Bilbao, precisó que durante 2012 el gobierno de la Ciudad envió un excedente de 175 mil camiones más de basura. El funcionario precisó que “este año tenía que disponer (el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires) de 750 mil toneladas y envió 2.150.000 toneladas”.
Ante las acusaciones, Macri calificó como “desafortunado” el modo en el que Scioli manejó la situación, y señaló que “Cristina le bajó a Scioli una línea muy agresiva”.
“Scioli puede ser el candidato del kirchnerismo. Él espera eso. Él remarca que quiere ser continuidad con cambio”, dijo.
Además, el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta, calificó de “agresivo” el reclamo bonaerense e indicó que la administración “busca pelea” como “el gobierno nacional”.
“Nos vamos a juntar, dígale a Scioli que vamos a ir a la reunión, no es necesario que nos mande una carta, con un llamado de teléfono alcanza, le paso el celular y se lo da a Scioli”, sostuvo Rodríguez Larreta.
Por último, el vicegobernador bonaerense, Gabriel Mariotto, apoyó el reclamo de Scioli y advirtió que la provincia “no es un vaciadero para que Capital Federal traiga todos sus desechos”.