Las últimas fotos públicas de Cristina de Kirchner antes del cacerolazo del 8-N tendrán un detalle particular: serán con caciques peronistas. La secuencia tendrá un primer turno al mediodía en Ezeiza y el segundo, a media tarde, en la quinta de Olivos.
En Casa Rosada invocan los dos episodios como una señal de tregua de Cristina al peronismo que se suma a la recepción, el 17 de octubre, de intendentes en Balcarce 50, y de las treguas reservadas selladas con Scioli y, un escalón abajo, con el santacruceño Daniel Peralta.
La referencia, inevitable, es a los tiempos de la 125 cuando Néstor Kirchner puso al elenco peronista -gobernadores, intendentes y gremios- como aliado principal durante la guerra con el campo. Cristina de Kirchner, dicen en el Gobierno, parece retomar aquella línea de acción.
En Ezeiza, este mediodía, estarán Scioli y una veintena de jefes comunales donde, de la mano de Alejandro Granados, inaugurará un centro cultural bautizado “Amigo Néstor”.
Más tarde, como estampa protolocar de una reunión bilateral argentino-chilena, la Presidente tiene previsto saludar en Olivos a mandatarios cordilleranos de ambos países. El chubutense Martín Buzzi, el jujeño Eduardo Fellner y el puntano Claudio Poggi, entre otros, participarán del besamanos .
Según se anticipó, Cristina de Kirchner permanecerá en la quinta presidencial al momento en que está convocado el cacerolazo.