“Esto ha sido muy importante para el Partido en la provincia de Buenos Aires; lograr un acuerdo en donde estén representados en el Comité de la Provincia todos los sectores internos. Esto es por lo que estuvimos trabajando desde un inicio en toda esta gestión. Por suerte se ha logrado”, expresó quien hace un mes le había dicho también a este portal que ese tan ansiado acuerdo estaba casi cerrado.
“A nosotros nos parece que la situación delicada que vive el país, sobre todo la provincia de Buenos Aires, imponía que todos hiciéramos un esfuerzo para alcanzar este acuerdo que finalmente hemos logrado”, sacó pecho, dejando atrás todos los idas y vueltas, avances, retrocesos y amagues de esta historia que parecía no tener final.
Lo cierto es que más allá del acuerdo de unidad a nivel provincial, alrededor de 20 distritos bonaerenses sí irán a las urnas. Armendáriz minimizó esta cuestión, diciendo que “en los distritos en los que no hay acuerdo -que son una minoría, porque de 135 en más de 110 sí lo hay- lógicamente va a haber internas, siguiendo los pasos democráticos”. Algunos de ellos serán Avellaneda, Moreno y Pringles.
Las alianzas
“Lógicamente que cada dirigente del radicalismo tiene sus responsabilidades y despliega su acción de gobierno, y está bien que así lo haga. Pero bueno, todo lo que sean políticas de alianza las va a definir en el Partido la convención provincial”, dijo, y remarcó que “dentro del radicalismo hay diferentes visiones de cómo debe enfrentarse esta situación hacia adelante. Pero en definitiva es la convención provincial la que va a definir cuáles son las direcciones y cuáles podrían ser las políticas de alianza -si es que las hubiera-”.
“Si vos me preguntás una opinión personal, yo digo que lo que hay que hacer en este momento es trabajar para fortalecer el radicalismo, generando un gran debate, construyendo una plataforma que sea atractiva a la sociedad y bueno, después se verá con quién coincidimos en esas ideas de cómo llevar adelante un gobierno en la provincia de Buenos Aires; y con los que coincidamos tendremos que construir algún tipo de acuerdo más sólido que las experiencias que hemos tenido en el pasado”, aseguró, recordando el fracaso del 2011 y sobre todo, el 2009: “aquella experiencia, con el Acuerdo Cívico y Social, que seguramente desde el punto de vista electoral haya sido una buena experiencia, pero lo cierto es que a los pocos días de terminada la elección todo había estallado. Si repetimos una experiencia de ese tipo, flaco favor le estamos haciendo al radicalismo y también a la sociedad, que está buscando una alternativa creíble en la que pueda confiar para gobernar la provincia de Buenos Aires”.
Por último, concluyó esperanzado en ser la alternativa de gobierno en la Provincia: “el Justicialismo gobierna la provincia de Buenos Aires hace más de 25 años y bueno, así son las rutas que tenemos, la calidad del transporte público, de los servicios de salud, la educación. La verdad es que la Provincia necesita una alternativa y nosotros creemos que el radicalismo se la puede dar”.