El intendente de Mar del Plata, Guillermo Montenegro (PRO), inauguró este miércoles un nuevo periodo de sesiones ordinarias en el Concejo Deliberante de General Pueyrredón. Con el objetivo de ir este año por la reelección, el exministro de Seguridad porteño le dedicó una porción significativa de su discurso a ponderar no solo la articulación público-privada, sino también a agitar la bandera del achique del Estado. Lo dijo textual: “El Estado ayuda a los privados cuando reduce la intervención a lo necesario, focalizando en aquellas áreas en donde su aporte es un valor y no un disvalor”.
Así, el excandidato a intendente de San Isidro exaltó las facilidades que la comuna marplatense que hoy conduce le otorgó a la multinacional de capitales estadounidenses Lamb Weston para que se radique en el distrito. También, puso sobre la mesa su decisión de “quitar impedimentos” para el impulso de las destilerías de gin que –exaltó- “son competitivas a nivel nacional e internacional”.
De lo que no habló fue del negocio de las fotomultas que habilitó en medio de fuertes críticas opositoras, ni del complejo panorama relativo al manejo de la basura y las empresas que están bajo la sospecha de recibir beneficios del Estado municipal. En tanto, apenas si mencionó –una vez más como “una gran apuesta”- su intención de convertir el deteriorado estadio mundialista en la “Casa de las selecciones nacionales de fútbol”. “Este es otro ejemplo de la asociación público-privada”, enfatizó Montenegro, sin dar mayores precisiones del supuesto convenio con la AFA.
https://twitter.com/gandolfiroberto/status/1630999064526422165
“Desde el inicio entendimos que el Estado -en mi caso el municipal- se había convertido en una gran traba. Que lo único que quería era meterse en todo, regular todo, inmiscuirse en todos los asuntos. Era la manera en que muchos entendían y entienden el poder”, sostuvo el intendente macrista para hacer gala de su deliberada intensión de achicar al máximo el Estado.
Así, fue por más al afirmar que “los gobiernos prohibicionistas, paternalistas, que ponen trabas constantemente no van más. Necesitamos gobiernos valientes y que no le teman a los cambios. Necesitamos gobiernos que entiendan que de la sinergia entre lo público y lo privado salen cosas maravillosas”.
Frente a esa oda al libre mercado, desde el arco opositor proliferaron las críticas. “Además de la mendacidad de Montenegro en el inicio de sesiones del Concejo, se reflejó su propuesta: La mano invisible del mercado resolviendo lo público y el Estado bobo o represor”, apuntó el concejal del Frente de Todos (FdT), Roberto Gandolfi. Su par de bloque Marina Santoro, ahondó en esa línea y bregó: “Merecemos un gobierno local que piense y ejecute políticas para las vecinas y los vecinos, y no un intendente que diga falacias y no gestione”.