Eduardo de Pedro tenía casi dos años cuando un operativo del Ejército y la Policía federal irrumpió en la casa donde vivía junto a su mamá, Lucila Révora, y la pareja de ella, Carlos Fassano, y los asesinó. Él sobrevivió porque Révora lo escondió en una bañadera. Era mediados de octubre de 1978. Tras el operativo, “Wado” quedó al cuidado de un vecino solo durante algunas horas porque aquella misma noche de octubre de 1978 una patota lo fue a buscar y se lo llevó. Nunca supo dónde estuvo entre esa noche y enero de 1979, cuando hermanos y hermanas de Révora, sus tíos y tías, lo recuperaron.
Los fiscales que intervienen en el quinto juicio de lesa humanidad que se lleva a cabo por los crímenes sucedidos en circuito ABO creen que parte de ese tiempo, De Pedro lo pasó en el Olimpo. El miércoles pasado, apenas unas horas antes de que se oficializara su precandidatura a presidente por Unión por la Patria, el fiscal Alejandro Alagia y sus auxiliares fiscales, Berenice Timpanaro y Agustín Vanella, solicitaron al Tribunal que su privación ilegítima de la libertad sea incorporada como caso en el debate, junto a la que sufrieron otras 18 personas que eran, como él, niños y niñas al momento de permanecer encerrados en el campo de concentración que funcionó en Floresta.
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Los cuerpos de Révora y Fasano, ella embarazada de ocho meses y medio, fueron trasladados al centro clandestino Olimpo, que funcionó en Floresta. Luego fueron incinerados. Los crímenes de lesa humanidad sufridos por la pareja integraron la lista de “casos” por los que fueron juzgados y condenados un grupo de represores en lo que fue el primer juicio de lesa humanidad que se llevó a cabo por el circuito represivo que integraron los centros clandestinos Olimpo, Club Atlético y Banco. El joven fue testigo de aquel debate, cuya sentencia, en 2011, incluyó condenas por su apropiación.
Llantos en el Olimpo
A mediados de mayo, el gendarme retirado Omar Torres declaró en el juicio ABO V. Su testimonio no fue el primero dentro de causas que investigan crímenes de lesa humanidad de la última dictadura militar –torres viene declarando desde la Conadep–, pero resonó en la arena pública como ninguna otra debido a que describió el destino descarnado del cuerpo de Lucila Révora. El dato era desconocido, incluso hasta para el propio Wado.
Lo otro que reveló Torres tuvo relación directa con el ministro del Interior, porque lo recordó a él mismo llorando dentro del campo de concentración. “Lo que ocurrió a partir del testimonio del gendarme Torres es algo de lo que no se tenía conocimiento. Y es precisamente que Eduardo fue llevado al Olimpo durante un tiempo que hasta ahora está indeterminado”, indicó el fiscal Vanella.
Y continuó: “Torres dijo que el día del operativo había un niño que lo tenía agarrado bajo su brazo un comisario a quien no identificó y que este niño lloraba desconsoladamente. Se refirió a una edad diferente a la de ‘Wado’, explicó que se trataba del niño que había sobrevivido al operativo de la calle Belén”. La casa donde asesinaron a su mamá y se lo llevaron a De Pedro estaba ubicada en la calle Belén 335, del barrio porteño de Floresta.
Juicio Circuito ABO V -día 21- 17 de mayo de 2023 9:30 horas
De la presencia de Wado en el Olimpo solo hubo un indicio. Lo aportó la sobreviviente Cristina Jurkiewicz durante el testimonio que ofreció en el primer juicio por los crímenes de circuito ABO, hace más de una década. Antes se lo había dicho al propio De Pedro, cuando él se reunió con ella en su camino por reconstruir lo ocurrido con su mamá. Jurkiewicz fue secuestrada junto a su mamá, María del Carmen Artero, y su bebé de dos meses el mismo día en que sucedió el operativo de la calle Belén, y llevadas al Olimpo. María del Carmen vivía allí, junto a Lucila, Carlos y Wado. Durante su cautiverio, Jurkiewicz “en una oportunidad pudo ver un muñeco de alpiste que era del hijo de Lucila”, declaró ante el TOF, en relación a Eduardo. Dijo que reconoció al muñeco porque “muchas veces lo cuidó” a Wado, quien “no se despegaba de él”.
La ampliación solicitada por la Fiscalía ante el Tribunal Oral Federal número 2 de la Ciudad de Buenos Aires en la audiencia número 24 del juicio que comenzó hace un año incluyó decenas de casos de secuestros y torturas, algunos de ellos seguidas de muerte, y otro puñado de ataques sexuales sufridas por personas que pasaron por alguno de los centros clandestinos del circuito bajo debate.
De Pedro, uno de muchos niños y niñas secuestrados
La mayoría de estos hechos, como casi todos los casos de niños y niñas que pasaron por el Olimpo, se conocieron por testimonios de sobrevivientes en juicios pasados y en audiencias previas del que está en curso. De hecho, ya en la sentencia del primer debate por los hechos de ABO, el Tribunal ordenó la extracción de testimonios para que se investigue en instrucción el secuestro y privación ilegítima de la libertad de menores de 10 años, entre los que se incluía a De Pedro. La gestión genocida sobre las infancias en el circuito ABO fue eje de una investigación que llevaron a cabo los Espacios para la Memoria Olimpo y Atlético y el Observatorio de Crímenes de Estado.
La incorporación del secuestro de niños y niñas durante la última dictadura es una materia pendiente en la generalidad de los juicios de lesa humanidad, aunque de a poco, cada vez más, se está empezando a concretar. Meses atrás, las querellas y la Fiscalía en el cuarto debate oral y público que se sigue por los crímenes de la causa Guerrieri, en Rosario, solicitaron se sumen a la acusación una veintena de violaciones a los derechos humanos sufridas por niños y niñas que, hasta el momento, no habían sido tenidas en cuenta.