Acaso dormido en los laureles que consiguió en el ballotage del 19 de noviembre, Javier Milei cerró este domingo el círculo autodestructivo de enfrentarse a Juan Román Riquelme, ídolo máximo del club más popular de la Argentina. ¿Es o se hace?
El Presidente cometió un error no forzado que terminó en golazo en contra. Después de haberse declarado fervoroso anti-Boca y de haber sellado una alianza política con Mauricio Macri, archienemigo de Riquelme, que va por la presidencia del club, se metió solito en la cancha embarrada de la Bombonera para votar en unas elecciones que, dicen todas las encuestas, el Diez se dispone a ganar por paliza.
Resultado: mil videos que se viralizan en las redes -la selva en la que el León se jacta de reinar- con insultos que llueven como centros de Guillermo sobre un presidente con una legitimidad de origen que nació corta en las elecciones generales y se fortaleció en el mano a mano de la segunda vuelta y que ahora construye su gobernabilidad a los tumbos.
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Detalle: Milei entró al poder como outsider y ya se maneja como casta. Mientras la masa societaria xeneize de a pie hacía fila bajo la lluvia, el jefe del Estado entró fuertemente custodiado por un acceso preferencial y demoró apenas siete minutos en emitir su voto cantado. Offside clarito.
El pasado lo condenó
En la lista de rugidos del León aparecen sus ataques al expresidente xeneize Danel Angelici. Cuestionó al rey de los bingos por haber recuperado para el club a Riquelme, un gesto que calificó de "populista". No conforme con eso, se declaró "anti-Boca": explicó que llegó a esa condición cuando el club contrató a Fernando Gago, "una de las grandes mentiras del fútbol argentino".
Milei afirmó haberse alegrado por un gol de River
"Dejé de ser de Boca cuando Angelici lo trajo (a Riquelme) en un acto populista y yo vivo despotricando contra el populismo", dijo Milei en una entrevista con Urbana Play y completó: "Después encima lo trajo a Gago, un pésimo jugador de fútbol, una de las grandes mentiras del futbol argentino, y ahí me volví anti-Boca".
"Bastante tengo con vivir en un país populista para, además, ser hincha de un equipo populista, ratificó en otro reportaje.
El presente también
La alianza con Macri completó el cuadro para que una amplia mayoría de la mitad más uno, que este domingo está votando a Román o hinchando para que gane, lo haya insultado de arriba a abajo durante esos siete minutos que pasó en la Bombonera y siga haciéndolo en las redes.
¿Qué llevó a un presidente que necesita construir una base sólida de letigimidad de ejercicio para sostener el Caputazo, el programa de ajuste más brutal del que tenga memoria el país, a cometer semejante error no forzado?
¿Responderá a alguna letra chica del contrato político que firmó con Macri para asegurarse el respaldo del expresidente y el sector de PRO que le responde en la final contra Sergio Massa?
¿Es, sin más, otro gesto compulsivo de un político amateur y visceral envalentonado por haber liderado el fenómeno más disruptivo de, por lo menos, la democracia nacida en el '83?
Ojo: es licito presumir que la mayoría del pueblo bostero que este domingo está insultando a Milei lo haya votado el 19 de noviembre. Acaso una cosa sea una cosa y otra cosa sea otra cosa.