Los comicios en San Lorenzo se suspendieron sobre la hora en octubre de 2022 por la intervención de la Inspección General de Justicia (IGJ). Más de un año después, la convocatoria a las urnas asoma de nuevo en Boedo con cuatro listas que intentarán ganar la contienda de este domingo.
Como contó Letra P, hay algunos cambios con respecto al año pasado. Apellidos repetidos, otro nuevo y algunos que ya no están. El escenario es similar. "Un oficialismo dividido intenta disimular su internismo y vuelve a preocuparse por el clima en el Bajo Flores –después de varios meses de tranquilidad por la buena campaña que hizo el equipo del Gallego Rubén Insúa– y tres opciones que buscan la manera de encauzar la bronca y encabezar ese abanico opositor amplio y variopinto", explicó en su nota Agustín Colombo.
La renovación dirigencial es un reclamo que miles de hinchas vienen demandando desde que Marcelo Tinelli abandonó el club en 2020, a seis meses de haber ganado con un récord de votos a favor.
Los cuatro candidatos en pugna con Sergio Costantino (Por Amor a San Lorenzo), César Francis (Volver a San Lorenzo), Marcelo Moretti (Boedo en Acción) y Marcelo Culotta (Órden y Progreso Sanlorencista), uno de los históricos luchadores por la vuelta a Avenida La Plata, que no formaba parte de la grilla de aspirantes en 2022. Cipriano Pommies y Enrique Ronzoni, que sí competían el año anterior, se bajaron.
En esta nota del 25 de octubre, Letra P adelantaba las condiciones en que llega San Lorenzo a la votación y cómo se posicionaron sus postulantes a presidir el club. A continuación, un resumen.
Urnas, visiones y futuro
Gane quien gane no la tendrá fácil. Además de un plantel de fútbol profesional a reforzar y de pagar los aguinaldos de las 700 personas empleadas que tiene el club; tendrá la difícil misión de reestructurar una deuda que, en las cuatro fuerzas, coinciden en aproximarla a los 50 millones de dólares al cambio oficial.
El estado económico e institucional asoma como la principal causa de la elección. San Lorenzo es un club herido. Se advierte en la hostilidad permanente los días de partido; y en presentaciones judiciales como la que activó la agrupación Movete Boedo Movete denunciando la desaparición del 10% del pase de Agustín Giay y la devolución de al menos tres millones de dólares que la actual dirigencia habría aportado para apagar incendios financieros.
En lo que no hay coincidencia es en cómo serán los resultados. Las cuatro agrupaciones se sienten ganadoras, algo que suena obvio; pero a la hora de preguntar al rival principal, todas las respuestas son disímiles.
Para Francis, el escenario es similar al del año pasado: un cabeza a cabeza entre él y Moretti, al que llama “el segundo oficialismo” por su pasado en la actual gestión. Para Moretti, el margen para una victoria suya ahora puede ser mayor porque -argumenta- "el oficialismo está complicado y Culotta le saca votos a Francis”. En el sector de Culotta vaticinan una elección de tercios y se ilusionan con una ventaja mínima a su favor. En el oficialismo, que lidera Constantino, consideran que en este año ganaron tiempo y votos. ¿Alcanzará? Hay presunciones válidas, pero ninguna certeza.
Como sucedió en otros clubes, sumar a las plataformas a ídolos del club es una estrategia a la que recurrieron, hasta el momento, dos de las cuatro listas: Costantino ya anunció a Sebastián Torrico y Juan Ignacio Mercier; y Moretti a Néstor Ortigoza. De acuerdo con el estatuto del club, no pueden integrar listas quienes hayan tenido una condena firme en la Justicia o quienes fueron empleados en los últimos cinco años. Los exjugadores entran en ese conjunto. ¿Dirá algo la Junta Electoral el próximo lunes?
Culotta y Francis intentan cautivar por otro lado. Culotta se centra en la épica del regreso a Avenida La Plata, ahora plasmada en que es posible cambiar la realidad del club bajo ese axioma. Sumó sobre la hora el apoyo de otras agrupaciones como Actitud San Lorenzo (referenciada en Ariel Deán) y Renovación SanLorencista (del ex candidato Ronzoni). Francis, por su parte, hace hincapié en la coherencia como opositor que mantuvo en la última década, el acompañamiento de Christian Mera (Soñar Boedo) y una experiencia y capacidad de gestión que se contrapone a lo que define como “la improvisación y el voluntarismo de las otras listas”, en clara alusión a sus nuevos y viejos competidores.